Península de Mani, el extremo sur del Peloponeso
La península de Mani es la central de las tres pequeñas subpenínsulas que nacen en el extremo sur del Peloponeso. Es una región agreste y poco poblada que en la antigüedad perteneció a los dominios de Esparta, algo que según dicen todavía se nota en el carácter austero y espartano de sus habitantes. El centro de está península está dominado por imponentes montañas y en su árido paisaje predominan los campos de olivos.
La región está salpicada de pequeños pueblos, algunos de ellos prácticamente deshabitados, y en muchos de ellos se pueden ver pequeñas torres de piedra, una construcción característica de esta península, ya que muchos habitantes construían sus casas en forma de torre como baluarte defensivo. Además, la península cuenta con preciosas calas para bañarte en aguas transparentes y encantadores pueblecitos de pescadores junto al mar.
Nosotros nos alojamos en Gitión que está al principio de esta península y es su localidad más grande, con 7.000 habitantes. Es un antiguo pueblo marinero que en la antigüedad sirvió como principal puerto marítimo de Esparta. Su paseo marítimo se extiende junto a la carretera principal y en el muelle atracan las barcas de los pescadores locales. El pulpo es una de las especialidades locales y los restaurantes suelen colgarlos en una cuerda en la calle para ponerlos a secar al sol. En el paseo marítimo se concentran los restaurantes, la mayoría especializados en pescado y marisco.
Cerca de Gitión hay varias playas para darte un baño si el calor aprieta. Una de ellas es la playa de Valtaki que, aunque no es especialmente bonita, cuenta con el atractivo de tener un barco encallado en la arena, el Dimitros, un buque de carga que naufragó en 1981 y que desde entonces permanece olvidado y oxidado en esta playa.
Nosotros utilizamos Gitión como base para explorar la península de Mani, que recorrimos con el coche al día siguiente. Por las carreteras de Mani hay poco tráfico y es una delicia recorrer esta península disfrutando de su paisaje, pueblos y espectaculares calas junto al mar.
Visitamos Limeni, un pintoresco pueblo en la costa occidental de Mani situado en en una bahía de aguas transparentes. Tiene restaurantes con terrazas que dan directamente al mar y es un buen sitio para bañarse, además de disfrutar de algún plato de pescado local.
Otro pueblo que nos gustó mucho fue Gerolimenas, al sur de la península. Como Limeni, es un viejo pueblo de pescadores que ahora vive principalmente del turismo, pero que mantiene sus clásicas casas de piedra blanca y que cuenta con una agradable playa de guijarros y un mar cristalino. Hay también muchos restaurantes y bares con terracitas para tomar algo junto al mar.
De regreso hacia Gitión paramos en Areopoli, que es la capital de la península de Mani y una localidad muy pintoresca, con calles de empedradas y viejas casas que en la actualidad albergan tabernas. Entre sus puntos de interés destaca la iglesia de los Taxiarcas o la estatua de Petros Mavromihalis, un general griego que lideró una revuelta maniota contra los turcos en el siglo XIX.
Areopoli está en el interior de Mani y, aunque no tiene playa, es también un buen sitio para alojarse y tenerlo como base para recorrer esta península, ya que es una localidad muy bonita, con un centro peatonal que cuenta con mucha oferta de bares y restaurantes. También hay supermercados bien abastecidos.
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