Nauplia, la primera capital de Grecia
Desde Monemvasia a Nauplia tardamos tres horas en coche y pasamos por Esparta, la gran polis guerrera de la antigua Grecia, pero de la que ya no queda ni rastro porque los terremotos, las guerras y los incendios la destruyeron por completo. En la actualidad es una ciudad bastante anodina y sin demasiado atractivo turístico.
Nauplia es, en cambio, una de las ciudades más bonitas y visitadas del Peloponeso. Fue la primera capital de Grecia durante un breve periodo de tiempo (1829-1834), en los comienzos de la lucha griega por la independencia frente al imperio turco, y ha sido históricamente un importante puerto marítimo en el golfo argólico.
En las calles de su centro histórico todavía se respira el ambiente marinero entre las terrazas de los restaurantes y las tiendas de recuerdos. La plaza Syntagma es el centro neurálgico de la ciudad, siempre con un gran ambiente y con edificios emblemáticos como el museo arqueológico, cuyo edificio es un viejo arsenal veneciano del siglo XVII.
Otro lugar destacado es la mezquita de Agha-Pasha, también llamada Vouleftikon, construida durante la dominación otomana y que sirvió como primer parlamento de Grecia cuando Nauplia ejerció de capital helena.
Desde el paseo marítimo se puede ver el ir y venir de los barcos y al fondo la silueta del castillo de Bourtzi, construido sobre un islote por los venecianos en el siglo XV.
Esta es una de las tres fortalezas que tiene la ciudad y en el mismo paseo marítimo se puede coger un barco para visitarla. No obstante, la gran fortaleza de Nauplia es el castillo de Palamidi, construido a más de 200 metros de altura sobre una montaña que domina la ciudad.
Se trata de una enorme construcción defensiva que también fue levantada por los venecianos, a finales del siglo XVII. Desde sus murallas se obtienen fabulosas panorámicas de la ciudad y de la bahía del golfo de Argos. Para llegar se pueden subir a pie los más de 900 escalones que la separan del centro de Nauplia o subir en coche por la carretera que rodea la montaña.
La tercera fortaleza se conoce como Acronauplia y es la más antigua de Nauplia, aunque también la peor conservada, pues apenas quedan restos de la muralla defensiva. Está levantada sobre el centro histórico y debajo de la fortaleza de Palamidi.
Además de sus fortalezas y de su encantador centro histórico, en Nauplia vale la pena recorrer el paseo Arvanitia que rodea la montaña hasta llegar a las playas de la ciudad, situadas en la otra vertiente. Este es un camino muy agradable porque transcurre junto al mar. Cuando fuimos nosotros había una valla que teóricamente prohibía el paso por el riesgo de desprendimientos de rocas de la montaña, pero al parecer, esa advertencia lleva años así sin que las autoridades tomen medidas y todo el mundo se la salta. De hecho, cuando fuimos nosotros había mucha gente paseando por este paseo. Al llegar a las playas podéis aprovechar para daros un bañito refrescante.
Otra de las cosas buenas de Nauplia es su gran oferta gastronómica, con el pescado como plato estrella, pero también con mucha oferta de gyros, souvlakis y todos los clásicos de las gastronomía griega. Hay restaurantes para todos los bolsillos, pero si queréis comer gyros y souvlakis a buen precio, os recomendamos el restaurante Stavropulos, a la entrada del centro histórico, con terracita y raciones enormes.
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