Qué ver en Padua, una de las ciudades monumentales del norte de Italia
Ubicada en la región del Veneto, Padua cuenta con un rico patrimonio cultural y artístico que la convierten en una buena escapada para un fin de semana o como una acertada parada en una ruta por el norte de Italia.
Sin duda el lugar más emblemático de Padua es la Basílica de San Antonio, una imponente obra maestra arquitectónica, con magníficos frescos y esculturas. Construida en honor a San Antonio de Padua, esta impresionante iglesia atrae a miles de peregrinos y visitantes cada año. Su construcción comenzó en 1232, poco después de la muerte de San Antonio, y se completó en el siglo XIV. La fachada de la basílica es una obra de arte en sí misma, con numerosos detalles esculturales y relieves.
En su interior, el diseño arquitectónico combina elementos góticos, renacentistas y barrocos. El altar mayor es una verdadera joya, aunque el lugar más venerado es la Capilla del santo, donde se encuentra la tumba de San Antonio. Esta capilla es un lugar de profunda devoción y muchos visitantes se acercan para rendir homenaje al santo y encender velas. La entrada a la basílica es gratuita, pero hay una pequeña tarifa para acceder a la Capilla del Santo y al Tesoro, que alberga una importante colección de arte religioso.
Otro lugar imprescindible es la capilla de los Scrovegni, joya del arte renacentista, que alberga unos famosos frescos de Giotto, aunque es necesario hacer una reserva con antelación para acceder a la capilla. Se encuentra en un parque y su sobrio aspecto exterior no es demasiado llamativo.
Más grandioso es el Palazzo della Ragione, un monumental edificio medieval situado en el corazón de Padua. Este palacio histórico alberga la gran sala del tribunal, con su techo de madera pintado y su ambiente único. Se pueden explorar las numerosas tiendas y puestos de comida en el interior, y disfrutar de la animada atmósfera que lo rodea. Se halla en la Piazza delle Erbe, o plaza de las Hierbas, antiguamente utilizada como mercado, y que hoy en día alberga cafeterías y restaurantes. A su lado, la Piazza della Frutta era el lugar donde se vendían frutas y productos frescos. Aún hoy, se puede visitar un mercado al aire libre por las mañanas.
Muy cerca de esta plaza se encuentra la Piazza dei Signori, el centro político de la ciudad, flanqueada por importantes edificios históricos, como el Palazzo del Capitaniato y el Palazzo del Podestà. Además de su belleza arquitectónica, la plaza es un lugar de encuentro para los lugareños y un escenario para eventos culturales y festividades.
Pero si alguna destaca por su tamaño, esa es la gran plaza Prato della Valle, considerada como una de las plazas públicas más grandes de Europa. Este hermoso espacio cuenta con un característico diseño circular y está adornado con estatuas y jardines. Es el lugar perfecto para dar un paseo relajante o disfrutar de un picnic.
Justo al lado se puede visitar el Orto Botanico, un verdadero oasis fundado en 1545. Está considerado el jardín botánico más antiguo de Europa y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Por 10 euros se puede pasear por sus hermosos senderos y descubrir una amplia variedad de plantas.
Para comer, en Padua se pueden probar los bigoli, un tipo de pasta tradicional de la región del Véneto, muy populares en la ciudad. Se trata de una pasta larga y gruesa similar a los espaguetis, pero con una textura más rugosa porque se elabora con harina de trigo sarraceno. Se suele servir con salsa de anchoas y cebolla o ragú de carne.
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