Un safari en Madrid

¿Hacer un safari rodeado de animales salvajes sin salir de Madrid? Sí, es posible. A escasos 60 kilómetros de la ciudad, entre los pueblos de Aldea del Fresno y Villa del Prado, podemos encontrar leones, rinocerontes, elefantes y todo tipo de fauna de la sabana africana campando a sus anchas por las praderas madrileñas. Estamos hablando de Safari Madrid, un lugar donde es posible simular la experiencia de estar recorriendo las grandes llanuras del Serengueti prácticamente sin salir de casa.

Está claro que no es lo mismo que estar en Kenia o Tanzania, ni tampoco llega a ser como el parque de Cabárceno de Cantabria (muy recomendable y que podéis ver en este post), pero a seguro que la visita al safari de Madrid les encantará a los niños y se lo pasarán en grande, sobre todo si es la primera vez que viven la experiencia de ver animales salvajes sueltos desde el coche.

Os recomendamos ir pronto por la mañana y, a ser posible, evitar los fines de semana porque se forman bastantes colas y la masificación es quizás lo que más encanto le resta a la visita porque hay muchos coches y en días de gran afluencia vas todo el rato en caravana, sin poder pararte todo el tiempo que querrías a interactuar con los animales.

El parque está dividido varias secciones. En las que viven animales herbívoros y poco peligrosos, como pueden ser antílopes, cebras, gacelas, avestruces o camellos, es posible bajar las ventanillas del coche e incluso darles de comer a los animales cuando se acercan a curiosear al vehículo. En el parque venden bolsas de zanahorias para darles de comer y los peques alucinarán cuando la gigantesca cabeza de un camello se acerque su ventanilla pidiendo su merienda.

Estos animales disfrutan de un régimen de semilibertad y pueden corretear por donde quieran dentro del área que tienen habilitada. Hay otros animales herbívoros, como elefantes, jirafas o hipopótamos, que son más peligrosos y no pueden acercarse a los coches porque tienen espacios más delimitados. A estos no se les puede dar de comer y es que cualquiera se atreve a meterle una zanahoria en la boca a un hipopótamo...

Luego hay zonas en las que no es posible bajar las ventanillas porque allí viven grandes felinos, como los leones, o que pueden ser peligrosos por otros motivos, como los monos papiones, que son muy listos y serían capaces de meter la mano dentro del coche y robarte el bolso en un plis plas.

Además del safari propiamente dicho, en el parque hay un pequeño zoológico que se recorre a pie y en el que también se pueden ver un montón de animales, algunos espectaculares como pumas, jaguares, panteras, lobos o los emús australianos. También está el llamado rincón de los mansos, un reciento plagado de cabritas con las que los niños pueden jugar y darles de comer. Es uno de los sitios que más les gustarán a los peques porque en cuanto saquen una zanahoria se verán rodeados de una manada de cabritas.

Tampoco podía faltar un reptilario, donde se pueden ver serpientes y cocodrilos, y una zona de aves, con águilas, buitres y especies exóticas como los ruidosos y coloridos guacamayos. A determinadas horas, hacen exhibiciones de aves rapaces.

Dentro del parque hay restaurante con terraza para comer, aunque es más divertido traer la comida de casa y hacer un pícnic en las zonas habilitadas. La visita al Safari Madrid se puede realizar en 4-5 horas, pero vale la pena dedicarle el día completo, comer allí, y dejar que los niños disfruten del minizoo, las cabras y las áreas de juego. La entrada al parque cuesta 21 euros para los adultos y 17 para los niños. Safari Madrid se puede encontrar toda la información sobre novedades, horarios, exhibiciones y eventos especiales.

¡Hola, Buenos días!


Cabras en las llanuras del 'Serengueti' madrileño.


Los reyes de la sabana, descansando.


Un gran rinoceronte.


Cocodrilo en el reptilario.


El coche se queda pequeño al lado del camello.


Zanahoria para el camellito.


Reunión de ciervos y antílopes.


Una cebra reclamando su zanahoria.


Preciosa pareja de cebras.


Los elefantes están separados de los coches por una valla.


La zona del minizoo con las cabritas para que jueguen con los niños.


Un jaguar.

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