Cómo visitar el Parque de la Naturaleza de Cabárceno
Cabárceno es seguramente uno de los mejores lugares de España para ver animales salvajes porque no es un zoológico al uso, sino un paraje natural espectacular de verdes montañas y lagos en el que los niños tendrán la sensación de estar viviendo un auténtico safari.
Situado en el corazón de Cantabria, muy cerca de Santander, Cabárceno es un lugar extenso, así que hay que dedicarle el día completo y, a ser posible, empezando a primera hora de la mañana para poder ver todo el parque con tranquilidad.
Vale la pena comprar las entradas online para evitar colas. Se pueden adquirir fácilmente en la web del parque y los precios, aunque varían en función de la temporada, rondan los 32 euros para los adultos y 18 para los niños. Los menores de 4 años no pagan.
Hay dos entradas principales, la Norte, que se encuentra en el municipio de Obregón, y la Este, en la pedanía de Cabárceno, que pertenece al municipio de Penagos. Se puede entrar y salir por cualquiera de las dos indistintamente.
Nosotros entramos y salimos por la entrada Norte, en la que se encuentran el reptilario y la piscina donde hacen las exhibiciones de leones marinos. Toda la visita al parque se realiza en coche, pero en cada zona donde hay animales puedes aparcar y bajarte del vehículo para verlos más de cerca o estirar las piernas por los alrededores.
Sobra decir que los animales no están sueltos, sino que se encuentran en fosos o en áreas delimitadas por lo que no hay ningún peligro. Solo hay una zona del parque en la que sí campan a sus anchas y allí no se puede bajar del coche ni abrir las ventanillas, pero el resto del día vas subiendo y bajando del coche todo el rato.
En la entrada te dan un plano del parque y con él puedes planificar el recorrido a tu gusto sin más limitaciones que evitar meterte en dirección contraria por carreteras de sentido único. Con el mapa es más o menos sencillo orientarte y en el parque también hay señales que te van indicando los posibles itinerarios.
Por el camino verás elefantes, tigres, leones, búfalos, rinocerontes, jirafas... y todo tipo de animales salvajes. Puedes dar tantas vueltas como quieras y repetir si quieres las zonas que más te hayan gustado.
Cuando estés cansado de coche, puedes olvidarte de él y dirigirte a los telecabinas, que son sin duda una de las grandes atracciones de Cabárceno porque permiten ver a los animales desde el aire y disfrutar del paisaje desde una posición privilegiada.
Los telecabinas están incluidos con la entrada al parque y puedes cogerlos tantas veces como quieras. Hay dos líneas, la azul, que va desde la estación de Rinocerontes a la de Osos en un recorrido de ida y vuelta; y la naranja, que es un recorrido triangular entre las estaciones de Elefantes, el Mirador de Rubí (con fantásticas vistas desde lo alto de la montaña) y la estación de Osos, donde está el intercambiador entre ambas líneas.
Hay que tener en cuenta que mientras dure el protocolo Covid hay que subir y bajar del telecabina en la misma estación y no se pueden hacer trasbordos, pero cuando la pandemia termine, todo volverá a la normalidad y los telecabinas funcionan como si fuera una especie de metro aéreo.
Lo más espectacular del telecabina es pasar por encima de la colina donde se encuentran los osos pardos, que son los auténticos reyes de Cabárceno, pues hay alrededor de un centenar de ejemplares y son, además, animales autóctonos de la Cordillera Cantábrica.
A la hora de planificar el recorrido también hay que estar atento a las dos exhibiciones que hacen en el parque, la de los leones marinos y la de las aves rapaces, porque estas sí que tienen horarios y un aforo limitado. Si solo podéis ver una, os recomendamos la de las aves rapaces.
Dentro de Cabárceno hay varios restaurantes en los que sirven menús y venden bocadillos, pero merece la pena llevarse una neverita y una manta y hacer un pícnic al aire libre. Hay varias zonas habilitadas para ello con buenas sombras e incluso áreas con columpios para los peques.
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