Los Lagos de Covadonga
El paisaje de los Lagos de Covadonga es abrumador, una preciosa estampa de alta montaña con lagos de aguas cristalinas que reflejan las cumbres nevadas de los alrededores. Situados dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa, parece una postal sacada de los Alpes o del Himalaya o, por lo menos, de los Pirineos, porque tienes la sensación de estar a mucha altitud cuando en realidad estos lagos de origen glaciar se encuentran a poco más de 1.000 metros sobre el nivel del mar (1.134 m).
Y aunque en los Picos de Europa podemos encontrar cumbres de más de 2.600 metros, la magia de este macizo es que se levanta majestuoso al lado del mar (solo 15 kilómetros separan su punto más septentrional del Cantábrico) y disfruta de un clima húmedo con abundante nieve que no necesita de grandes altitudes para ofrecer un paisaje típicamente alpino.
Dos son los lagos principales que encontraremos en los Lagos de Covadonga, el Enol y el Bercina. Hay un tercero un poco más alejado, el Bricial, pero que en verano no tiene agua, así que solo se puede contemplar en época de deshielo. Durante el invierno, por supuesto, todos permanecen congelados.
El lago Enol es el más grande y el primero que te encuentras al llegar en coche por carretera. Tiene una profundidad de 25 metros y bajo sus aguas se esconde una gruta donde descansa una imagen de la Virgen de Covadonga, que cada año, coincidiendo con el día de Asturias (8 de septiembre), es sacada a la superficie por un equipo de buceadores del Principado. Muy cerca del Enol se encuentra su vecino lago Bercina, más pequeño y con una profundidad que no supera los 3 metros.
Desde los Lagos se pueden hacer infinidad de rutas caminando, una de las más populares es una ruta circular de unos 6 kilómetros que bordea los lagos Enol y Ercina y pasa por lugares como el hayedo Palomberu o las antiguas minas de Buferrera, un vestigio del patrimonio minero asturiano: datan del siglo XIX y de ellas se extrajeron numerosos minerales como el manganeso o el hierro en condiciones climáticas muy duras para los mineros. A lo largo del trekking es fácil ver vacas pastando en los verdes prados de los Picos de Europa.
Para llegar a los Lagos de Covadonga en coche hay que subir la famosa carretera de los Lagos, uno de los puertos de montaña más famosos de la Vuelta a España y todo un reto para cualquier ciclista. Son 13,9 kilómetros cuesta arriba en los que se asciende un desnivel de casi 1.000 metros. La carretera parte en el santuario de Covadonga y finaliza en los Lagos. Por el camino se puede contemplar un paisaje precioso y hay varios miradores para disfrutar de las vistas.
Tampoco hay que dejar de visitar el santuario de la Virgen de Covadonga, que se encuentra en el interior de una cueva natural y es la cuna de la Reconquista porque, según la tradición, aquí se refugió Don Pelayo con un grupo de cristianos antes de comenzar a recuperar terreno a los musulmanes en la Batalla de Covadonga. Además de la virgen, en la conocida como Santa Cueva se encuentra también la tumba de Don Pelayo, primer monarca del Reino de Asturias.
Junto al santuario se levanta la basílica de Santa María la Real, construida a finales del siglo XIX en estilo neorrománico. Destacan las dos esbeltas torres de su fachada principal y la magnífica piedra caliza rosácea de sus muros.
Tanto los Lagos como el santuario de Covadonga pertenecen al municipio de Cangas de Onís, un pueblo que también tiene mucho encanto y en el que se pueden encontrar muchos restaurantes y bares para comer. Su lugar más emblemático es el Puentón que cruza el río Sella, también conocido como puente romano, aunque se trata de un puente medieval que data del siglo XII.
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