Cabo de Gata

En el extremo sureste de la Península Ibérica se encuentra uno de los parajes más espectaculares de España: el Cabo de Gata, donde el desierto y el mar se abrazan en perfecta armonía. Buena parte de esta zona de la provincia de Almería es un Parque Natural con playas interminables, calas escondidas y aguas cristalinas, pues el clima árido y la ausencia de ríos conceden un Mediterráneo impoluto y transparente.

Esa belleza natural está salpicada de pintorescos pueblos marineros de blancas fachadas, que disfrutan de un ambiente relajado y cuentan con agradables bares y restaurantes para probar la gastronomía de la región o tomar una cerveza contemplando las olas. Cabo de Gata es también un destino perfecto para ir con niños porque disfrutarán de las playas y del ambiente distendido.

El desierto de Almería.

Preciosas calas se esconden en Cabo de Gata.


Lo ideal es visitar Cabo de Gata en primavera u otoño, evitando las altas temperaturas del verano y, sobre todo, la masificación de turistas en esos meses. El coche es indispensable para recorrer y disfrutar las estrechas carreteras que serpentean junto al mar y para poder explorar todos sus rincones. Son muchos, por supuesto, pero aquí van algunas recomendaciones:

1. Faro de Cabo de Gata: Azotado por el viento y las olas del Mediterráneo, se alza en el extremo suroriental de la Península sobre un acantilado que ofrece unas vistas fabulosas del mar y del cercano arrecife rocoso de Las Sirenas. Para llegar hay que recorrer una carretera panorámica muy estrecha en la que, si no hay mucho tráfico, también vale la pena detenerse para disfrutar de alguno de sus miradores.

Mirador de Las Sirenas.

Una estrecha carretera serpentea por el árido paisaje.


2. Playa de Monsul: Es, quizás, la playa más famosa de Cabo de Gata porque ha sido escenario de películas tan conocidas como Indiana Jones y la última cruzada. Una gran roca en medio de la playa y bañada por las olas es la imagen más característica de este inmenso arenal. Para llegar hay que atravesar una pista de tierra a través de un precioso paisaje semidesértico.

Playa de Monsul.


3. Playa de los Genoveses: Vecina de la anterior, también se llega a través de una pista arenosa que desemboca en una enorme playa de más de un kilómetro. Es ideal para ir con niños por su amplitud y porque el mar cubre poco. Aunque hay olas, suelen ser más suaves que en la de Monsul por su orientación.

Playa de Los Genoveses.


4. La Isleta del Moro: Es uno de los pueblos más bonitos de la zona. Una diminuta villa de pescadores situada en un pequeño istmo, con el mar a ambos lados. Casitas blancas, barcas varadas en la playa y agradables bares para tapear un poco.

Barcas varadas en Isleta del Moro.

La Isleta del Moro.

Playita en Isleta del Moro.


5. Las Negras: Es otra típica villa de pescadores almeriense, con casitas bajas de fachadas blancas. Aunque el pueblo ha crecido más y se ha convertido en uno de los principales centros turísticos de Cabo de Gata, conserva su esencia marinera y un gran ambiente, con bares con música en directo y restaurantes junto al mar. Es un buen lugar para disfrutar de una cerveza en la playa al atardecer.

Playa de Las Negras.

El Mediterráneo.

Ambiente en Las Negras al atardecer.


6. Aguamarga: Es un pueblo algo más moderno, con muchas urbanizaciones y chalets, pero conserva un centro con mucho encanto. Su playa urbana, de arena fina, cuenta con todo tipo de servicios y también tiene columpios, que seguro gustarán a los niños.

7. Playa de los Muertos: Es otra de las más famosas de Cabo de Gata. Para llegar hay que pegarse una buena caminata desde el aparcamiento porque hay que descender un pequeño barranco, pero merece la pena. El agua es transparente y el paisaje que la rodea es precioso.

El camino hasta la playa de Los Muertos no es apto para carritos de bebé.

Llegando a la playa de Los Muertos.

Playa de Los Muertos.

Agua transparente en la playa de Los Muertos.

Otra vista de la playa de los Muertos.

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