Stade
Stade es una de las ciudades más antiguas del norte de Alemania y se encuentra situada en la desembocadura del Elba, en el mar del Norte. En la Alta Edad Media fue un importante núcleo comercial porque todas las rutas que cruzaban el cauce bajo del Elba lo hacían por esta ciudad.
En el siglo XIII se incorporó a la Liga Hanseática, pero poco a poco su esplendor se fue apagando en favor de Hamburgo, que se encuentra a solo 50 kilómetros río arriba. A finales del XVII, después de la Guerra de los Treinta Años, Stade formó parte del imperio sueco durante más de medio siglo.
En la actualidad, Stade es una pequeña y tranquila localidad (salvo en verano, cuando se llena de turistas) de poco más de 40.000 habitantes que conserva un precioso centro histórico digno de aparecer en cualquier postal. La ciudad vieja, envuelta por el río Schwinge, es pequeña y se puede recorrer perfectamente en tres o cuatro horas. Nosotros paramos en Stade de camino a Bremen, comimos allí y nos fuimos por la tarde.
El principal punto de interés es el puerto viejo, Alter Hafen, un lugar que parece sacado de un cuento de los Hermanos Grimm. Lo atraviesa un viejo canal por el que antaño llegaban las mercancías al centro de la ciudad y está rodeado de antiguas casas de comerciantes, con vigas de madera vista en sus fachadas y preciosos ventanales. Algunas datan del siglo XV.
En el puerto todavía se conserva una vieja grúa de madera que antaño se utilizaba para cargar y descargar los barcos. Ha sido restaurada y transformada en un pequeño museo. Es similar a la que había en Luneburgo. Al otro lado del canal se puede ver una estatua de una mujer vendiendo pescado.
En la plaza que se abre al puerto viejo hay numerosos restaurantes y bares que en verano sacan sus terrazas a la calle. Sin duda, es un buen lugar para tomar una cerveza contemplando un escenario de cuento.
Además del puerto, vale la pena recorrer sus calles peatonales contemplando sus coloridas casas con siglos de historia a sus espaldas. La Hökerstrabe es la principal calle comercial, repleta de tiendas, y en la que se encuentra el Ayuntamiento, un edificio de ladrillo del siglo XVII.
La iglesia de San Cosme y San Damián, con su característica torre puntiaguda, y la robusta iglesia de San Wilhadi, ambas de estilo gótico, son otros lugares de interés.
En el siglo XIII se incorporó a la Liga Hanseática, pero poco a poco su esplendor se fue apagando en favor de Hamburgo, que se encuentra a solo 50 kilómetros río arriba. A finales del XVII, después de la Guerra de los Treinta Años, Stade formó parte del imperio sueco durante más de medio siglo.
En la actualidad, Stade es una pequeña y tranquila localidad (salvo en verano, cuando se llena de turistas) de poco más de 40.000 habitantes que conserva un precioso centro histórico digno de aparecer en cualquier postal. La ciudad vieja, envuelta por el río Schwinge, es pequeña y se puede recorrer perfectamente en tres o cuatro horas. Nosotros paramos en Stade de camino a Bremen, comimos allí y nos fuimos por la tarde.
Carretera de camino a Stade, en la Baja Sajonia.
El principal punto de interés es el puerto viejo, Alter Hafen, un lugar que parece sacado de un cuento de los Hermanos Grimm. Lo atraviesa un viejo canal por el que antaño llegaban las mercancías al centro de la ciudad y está rodeado de antiguas casas de comerciantes, con vigas de madera vista en sus fachadas y preciosos ventanales. Algunas datan del siglo XV.
En el puerto todavía se conserva una vieja grúa de madera que antaño se utilizaba para cargar y descargar los barcos. Ha sido restaurada y transformada en un pequeño museo. Es similar a la que había en Luneburgo. Al otro lado del canal se puede ver una estatua de una mujer vendiendo pescado.
En la plaza que se abre al puerto viejo hay numerosos restaurantes y bares que en verano sacan sus terrazas a la calle. Sin duda, es un buen lugar para tomar una cerveza contemplando un escenario de cuento.
Además del puerto, vale la pena recorrer sus calles peatonales contemplando sus coloridas casas con siglos de historia a sus espaldas. La Hökerstrabe es la principal calle comercial, repleta de tiendas, y en la que se encuentra el Ayuntamiento, un edificio de ladrillo del siglo XVII.
La iglesia de San Cosme y San Damián, con su característica torre puntiaguda, y la robusta iglesia de San Wilhadi, ambas de estilo gótico, son otros lugares de interés.
El puerto viejo de Stade, Alter Hafen.
Preciosas fachadas en el Alter Hafen.
Detalle de las viejas fachadas de Stade.
El canal por el que llegaban las mercancías al centro de Stade.
La vieja grúa del puerto restaurada.
El museo de Stade, que repasa la historia de la ciudad, se halla dentro de un antiguo almacén construido durante la época de dominio sueco.
Casitas de colores.
Otra grúa de carga junto al canal.
Alter Hafen de Stade.
Estatua de la pescadera y el gato.
Calle Hökerstrabe, en el centro histórico.
El campanario de la iglesia de San Cosme y San Damián se alza al fondo.
Plaza adoquinada.
Puente sobre el canal.
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