Parc Omega
En Ottawa alquilamos un coche para continuar el viaje por carretera durante los próximos cuatro días. Lo cogimos con Avis porque nos ofreció el mejor precio: 331 dólares, incluyendo el seguro a todo riesgo, dos sillitas para niños y el cargo extra de devolver el coche en otra ciudad, en Quebec. Nos dieron un Mazda CX3 con cambio automático, muy bonito y nuevecito, aunque un poco pequeño para meter maletas y dos carritos infantiles.
Nuestra primera parada fue el Parc Omega, un lugar fantástico para ver animales si vais con niños. Están en libertad campando a sus anchas por el bosque y los prados mientras tú vas recorriendo en coche los caminos de tierra marcados.
Es un parque centrado en la fauna de Canadá y puedes ver todo tipo de ciervos inmensos, como wapitis, alces, renos o caribús, algunos más altos que un coche y realmente impresionantes cuando se acercan. También se pueden ver muchos tipos de cabras salvajes, osos negros, jabalís, lobos, coyotes o bisontes, entre muchos otros animales.
Una de las cosas más divertidas del parque, especialmente para los peques, pero también para los adultos, es que puedes comprar sacos de zanahorias y dárselas a los ciervos cuando se acercan a tu ventanilla. Para los niños es un auténtico espectáculo y se lo pasan en grande viendo como esos gigantescos animales meten el morro dentro del coche. Eso sí, os avisamos de que sueltan muchas babas y el coche puede quedar un poco pringoso al terminar el recorrido.
La visita al parque Omega puede durar tanto como quieras porque eres tú quien marca el ritmo. El circuito en coche puede durar fácilmente tres o cuatro horas incluyendo las paradas para dar de comer a los animales, pero además hay un par de sitios donde puedes bajar del vehículo y hacer pequeños circuitos a pie.
El primer sitio para bajar del coche está muy cerca de la entrada y te permite rodear a pie un precioso lago en mitad del bosque. Por el camino puedes encontrar agradables merenderos para hacer pícnic contemplando el paisaje y a los ciervos que se acercan a curiosear.
Se permite la entrada al parque con comida, así que merece la pena parar en un supermercado antes de pasar por taquilla para poder comer al aire libre. También hay restaurantes dentro del parque, pero, sin duda, es mejor comer a la sombra de un árbol.
En la segunda zona donde puedes bajar del coche se pueden hacer varios circuitos a pie, uno hasta el recinto de los lobos, donde a determinadas horas del día los alimentan lanzando piezas de carne y puedes contemplar ese espectáculo desde las alturas. También se puede ir caminando hasta una granja.
El parque Omega se encuentra muy cerca del pueblo de Montebello, a unos 80 kilómetros de Ottawa, y se tarda poco más de una hora en llegar desde la capital canadiense. En Montebello hay supermercado para comprar provisiones antes de entrar en el parque.
La entrada familiar, para dos adultos y dos niños, nos costó 85 dólares. Con la entrada te dan un mapa y unas pequeñas instrucciones, básicamente que solo bajes del coche en las zonas habilitadas para ello, y que puedes alimentar con zanahorias a todos los animales que veas, salvo lobos, coyotes y bisontes porque pueden ser peligrosos.
Nuestro coche de alquiler, de camino al Parc Omega.
Nuestra primera parada fue el Parc Omega, un lugar fantástico para ver animales si vais con niños. Están en libertad campando a sus anchas por el bosque y los prados mientras tú vas recorriendo en coche los caminos de tierra marcados.
Es un parque centrado en la fauna de Canadá y puedes ver todo tipo de ciervos inmensos, como wapitis, alces, renos o caribús, algunos más altos que un coche y realmente impresionantes cuando se acercan. También se pueden ver muchos tipos de cabras salvajes, osos negros, jabalís, lobos, coyotes o bisontes, entre muchos otros animales.
Entrada al parque.
Los ciervos nos dan la bienvenida nada más entrar.
Un lago dentro del parque.
Un cervatillo se acerca a nuestro coche.
Jabalís rodeando un coche.
Un jabalí nos mira atentamente.
Ciervo en busca de zanahorias.
Acariciando a los ciervos.
Algunos ejemplares son realmente grandes.
Rodeado de ciervos.
Un bisonte descansa en la pradera.
Otro bisonte por aquí.
Lobos árticos.
Cabra de las montañas rocosas, totalmente blancas.
Otra cabra de las rocosas.
Oso negro.
Otro negro junto a una charca.
Una de las cosas más divertidas del parque, especialmente para los peques, pero también para los adultos, es que puedes comprar sacos de zanahorias y dárselas a los ciervos cuando se acercan a tu ventanilla. Para los niños es un auténtico espectáculo y se lo pasan en grande viendo como esos gigantescos animales meten el morro dentro del coche. Eso sí, os avisamos de que sueltan muchas babas y el coche puede quedar un poco pringoso al terminar el recorrido.
¿Alguna zanahoria para mí?
La visita al parque Omega puede durar tanto como quieras porque eres tú quien marca el ritmo. El circuito en coche puede durar fácilmente tres o cuatro horas incluyendo las paradas para dar de comer a los animales, pero además hay un par de sitios donde puedes bajar del vehículo y hacer pequeños circuitos a pie.
El primer sitio para bajar del coche está muy cerca de la entrada y te permite rodear a pie un precioso lago en mitad del bosque. Por el camino puedes encontrar agradables merenderos para hacer pícnic contemplando el paisaje y a los ciervos que se acercan a curiosear.
Este precioso lago se puede bordear caminando.
Un puente flotante.
Gansos canadienses.
Se puede comer junto al lago en un merendero con mesas de madera.
Se permite la entrada al parque con comida, así que merece la pena parar en un supermercado antes de pasar por taquilla para poder comer al aire libre. También hay restaurantes dentro del parque, pero, sin duda, es mejor comer a la sombra de un árbol.
En la segunda zona donde puedes bajar del coche se pueden hacer varios circuitos a pie, uno hasta el recinto de los lobos, donde a determinadas horas del día los alimentan lanzando piezas de carne y puedes contemplar ese espectáculo desde las alturas. También se puede ir caminando hasta una granja.
Un lobo.
Otro lobo enseñando sus colmillos.
Y aquí la manada al completo.
El parque Omega se encuentra muy cerca del pueblo de Montebello, a unos 80 kilómetros de Ottawa, y se tarda poco más de una hora en llegar desde la capital canadiense. En Montebello hay supermercado para comprar provisiones antes de entrar en el parque.
La entrada familiar, para dos adultos y dos niños, nos costó 85 dólares. Con la entrada te dan un mapa y unas pequeñas instrucciones, básicamente que solo bajes del coche en las zonas habilitadas para ello, y que puedes alimentar con zanahorias a todos los animales que veas, salvo lobos, coyotes y bisontes porque pueden ser peligrosos.
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