Busan
Busan es la segunda ciudad más grande de Corea del Sur y el principal puerto marítimo del país, además de uno de los más importantes del mundo por tráfico de mercancías. Con cerca de cuatro millones de habitantes en el núcleo urbano y alrededor de ocho en su área metropolitana, la ciudad intenta hacer algo de contrapeso al hegemónico liderazgo económico y cultural que ejerce Seúl sobre el resto del país.
Situada a orillas del mar de Japón, Busan está a menos de una hora de Gyeongju en autobús y el billete solo cuesta 3.000 wons (3 dólares). El problema es que los autobuses paran en la estación de Dongbu, que está a las afueras, bastante alejada del centro. Afortunadamente hay una línea de metro que comunica la estación con el resto de la ciudad, aunque hay que recorrer un montón de paradas y se tarda casi otra hora en llegar al centro.
Estación de autobuses de Dongbu.
Metro de Busan.
El barrio del puerto es uno de los más animados de Busan durante el día y aquí se encuentra el principal punto de interés de la ciudad, el mercado de pescado de Jagalchi. Se trata de la mayor lonja de Corea del Sur y es un lugar fantástico para recorrerlo durante horas observando los centenares de puestos donde se vende el pescado en todas sus facetas, desde peces vivos a pescado frito y listo para comer, pasando por salazones, marisco o pescado desecado.
La zona exterior del mercado de Jagalchi es, quizás, la más pintoresca porque es donde se concentran en la calle pequeños puestecillos de pescado de aspecto mucho más tradicional que el moderno mercado cubierto. Estos puestos conviven con restaurantes muy frecuentados por los lugareños donde continuamente se asa y fríe pescado fresco. Son sitios económicos para comer o para tomarse algún aperitivo.
El mercado cubierto también es entretenido porque, aunque las pescaderías sean más modernas, nunca deja de sorprender ver a los peces vivos nadando en enormes peceras o descubrir extraños bichos procedentes del mar, que, aunque no lo parezcan, son comestibles (o eso dicen).
Uno de los pisos superiores del mercado cubierto está destinado a restaurantes donde sirven el pescado recién sacado de la lonja. Estos restaurantes son de estilo oriental en los que te sientas en el suelo con las piernas cruzadas. Aunque no se vaya a comer, vale la pena echarles un vistazo. También hay que subir hasta la terraza del último piso para obtener buenas panorámicas del puerto.
No muy lejos del mercado y dejando atrás el puerto, se encuentra una zona comercial con varias calles peatonales, siempre repletas de gente, en las que hay montones de tiendas, restaurantes y centros comerciales. Si el mercado de Jagalchi no convence para comer, siempre se puede venir hasta aquí para encontrar todo tipo de menús.
Panorámica de Busan desde el puerto.
Los astilleros del puerto de Busan.
Puerto de Busan.
Pequeños barcos de pescadores en el puerto de Busan.
Paseando por el puerto de Busan.
Pescadores en el puerto.
Pescadería tradicional en el exterior del mercado de Jagalchi.
Puestecillos en el mercado exterior de Jagalchi.
Venta de pescado desecado.
Enormes almejas.
Y esto solo pueden ser pollas de agua...
Pulpos a la venta.
Restaurante con el pescado vivo junto al mercado de Jagalchi.
Gigantescos crustáceos vivos en otro restaurante.
Interior del mercado cubierto de Jagalchi.
Zona de restauración en el mercado cubierto de Jagalchi.
Comiendo en el mercado de Jagalchi.
El barrio portuario de Busan.
Muchas parejas coreanas se visten igual para salir a la calle.
Calle comercial en el barrio portuario de Busan.
Otra calle comercial en la zona del puerto.
Helados coreanos.
La playa es otro de los grandes atractivos de Busan. La más popular es la playa de Haeundae, situada en el extremo oriental de la ciudad. Es una larga franja de arena de dos kilómetros de largo rodeada de rascacielos, que suele estar muy frecuentada por lugareños y turistas coreanos. Es un buen lugar para darse un chapuzón en el mar de Japón y pasar un día de relax. También es curioso observar a los coreanos en la playa porque suelen bañarse vestidos y hacerse unos 20 selfies por minuto con el teléfono móvil. En el barrio de Haeundae, al que se puede llegar en metro, hay bastantes restaurantes y bares.
Si el día amanece lluvioso, algo bastante frecuente en el verano coreano, siempre se puede acudir al Spa Land, situado cerca de la playa de Haeundae, en el moderno centro comercial Shinsegae. Es un spa con zona de baños públicos, jacuzzis, baños turcos, saunas y fuentes termales. La zona de baños es de tipo onsen japonés, donde hay que bañarse desnudo y separados por sexos. El resto del spa es mixto. La entrada cuesta 13.000 wons (13 dólares).
En las plantas inferiores del centro comercial Shinsegae hay una excelente área de restauración ideal para probar platos típicos coreanos. Detrás del centro comercial se levanta el Busan Cinema Center, un enorme edificio futurista, que anualmente acoge el Festival de Cine de Busan, el más importante de Asia. Para llegar a la zona del centro Shinsegae hay que parar en la estación de metro Centum City.
Playa de Haeundae.
Otro vistazo a la playa de Haeundae.
Selfie en la playa de Haeundae.
Los vigilantes de la playa coreanos.
Remojándose los pies en la playa de Haeundae.
El paseo que recorre la playa de Haeundae.
Calles de los alrededores de la playa de Haeundae.
Mercadillo en Haeundae.
Pinchos coreanos para comer en Haeundae.
¿Apetece un huevo negro?
Barrio de Haeundae.
La calle que lleva a la playa de Haeundae.
Centro comercial de Shinsegae.
Busan Cinema Center.
Pero el centro neurálgico de Busan, sobre todo por las noches, se encuentra en la zona de la estación de metro de Seomyeon, donde hay montones de restaurantes para cenar y mucho ambiente para tomarse una copa. Detrás del centro comercial Lotte hay una calle donde por las noches montan puestos de comida al aire libre. Seomyeon está en el corazón de Busan, a medio camino de la zona del puerto y la playa de Haeundae.
Seomyeon es una buena zona para alojarse porque está bien comunicada y cuenta con hoteles mucho más económicos que, por ejemplo, la playa de Haeundae. Nosotros nos alojamos aquí, en el Hue Motel, otro de los llamados hoteles del amor. La habitación es básica, pero correcta y está muy bien situado en una callejuela llena de bares y restaurantes. La habitación doble con baño privado y sin desayuno nos costó 55.000 wons (55 dólares). El wifi es gratis.
En Busan terminamos nuestra ruta por Corea del Sur y cogimos un avión rumbo a Japón para continuar con el viaje por tierras niponas. Desde Seomyeon se puede llegar al aeropuerto de Busan en metro, haciendo un transbordo a un tren ligero. En total se tarda media hora en llegar.
Situada a orillas del mar de Japón, Busan está a menos de una hora de Gyeongju en autobús y el billete solo cuesta 3.000 wons (3 dólares). El problema es que los autobuses paran en la estación de Dongbu, que está a las afueras, bastante alejada del centro. Afortunadamente hay una línea de metro que comunica la estación con el resto de la ciudad, aunque hay que recorrer un montón de paradas y se tarda casi otra hora en llegar al centro.
Estación de autobuses de Dongbu.
Metro de Busan.
El barrio del puerto es uno de los más animados de Busan durante el día y aquí se encuentra el principal punto de interés de la ciudad, el mercado de pescado de Jagalchi. Se trata de la mayor lonja de Corea del Sur y es un lugar fantástico para recorrerlo durante horas observando los centenares de puestos donde se vende el pescado en todas sus facetas, desde peces vivos a pescado frito y listo para comer, pasando por salazones, marisco o pescado desecado.
La zona exterior del mercado de Jagalchi es, quizás, la más pintoresca porque es donde se concentran en la calle pequeños puestecillos de pescado de aspecto mucho más tradicional que el moderno mercado cubierto. Estos puestos conviven con restaurantes muy frecuentados por los lugareños donde continuamente se asa y fríe pescado fresco. Son sitios económicos para comer o para tomarse algún aperitivo.
El mercado cubierto también es entretenido porque, aunque las pescaderías sean más modernas, nunca deja de sorprender ver a los peces vivos nadando en enormes peceras o descubrir extraños bichos procedentes del mar, que, aunque no lo parezcan, son comestibles (o eso dicen).
Uno de los pisos superiores del mercado cubierto está destinado a restaurantes donde sirven el pescado recién sacado de la lonja. Estos restaurantes son de estilo oriental en los que te sientas en el suelo con las piernas cruzadas. Aunque no se vaya a comer, vale la pena echarles un vistazo. También hay que subir hasta la terraza del último piso para obtener buenas panorámicas del puerto.
No muy lejos del mercado y dejando atrás el puerto, se encuentra una zona comercial con varias calles peatonales, siempre repletas de gente, en las que hay montones de tiendas, restaurantes y centros comerciales. Si el mercado de Jagalchi no convence para comer, siempre se puede venir hasta aquí para encontrar todo tipo de menús.
Panorámica de Busan desde el puerto.
Los astilleros del puerto de Busan.
Puerto de Busan.
Pequeños barcos de pescadores en el puerto de Busan.
Paseando por el puerto de Busan.
Pescadores en el puerto.
Pescadería tradicional en el exterior del mercado de Jagalchi.
Puestecillos en el mercado exterior de Jagalchi.
Venta de pescado desecado.
Enormes almejas.
Y esto solo pueden ser pollas de agua...
Pulpos a la venta.
VÍDEO: Pulpos muy vivos en el mercado de Jagalchi
Restaurante con el pescado vivo junto al mercado de Jagalchi.
Gigantescos crustáceos vivos en otro restaurante.
VÍDEO: Asando pescado en el mercado de Jagalchi
Interior del mercado cubierto de Jagalchi.
VÍDEO: Mercado de Jagalchi
Zona de restauración en el mercado cubierto de Jagalchi.
Comiendo en el mercado de Jagalchi.
El barrio portuario de Busan.
Muchas parejas coreanas se visten igual para salir a la calle.
Calle comercial en el barrio portuario de Busan.
Otra calle comercial en la zona del puerto.
Helados coreanos.
La playa es otro de los grandes atractivos de Busan. La más popular es la playa de Haeundae, situada en el extremo oriental de la ciudad. Es una larga franja de arena de dos kilómetros de largo rodeada de rascacielos, que suele estar muy frecuentada por lugareños y turistas coreanos. Es un buen lugar para darse un chapuzón en el mar de Japón y pasar un día de relax. También es curioso observar a los coreanos en la playa porque suelen bañarse vestidos y hacerse unos 20 selfies por minuto con el teléfono móvil. En el barrio de Haeundae, al que se puede llegar en metro, hay bastantes restaurantes y bares.
Si el día amanece lluvioso, algo bastante frecuente en el verano coreano, siempre se puede acudir al Spa Land, situado cerca de la playa de Haeundae, en el moderno centro comercial Shinsegae. Es un spa con zona de baños públicos, jacuzzis, baños turcos, saunas y fuentes termales. La zona de baños es de tipo onsen japonés, donde hay que bañarse desnudo y separados por sexos. El resto del spa es mixto. La entrada cuesta 13.000 wons (13 dólares).
En las plantas inferiores del centro comercial Shinsegae hay una excelente área de restauración ideal para probar platos típicos coreanos. Detrás del centro comercial se levanta el Busan Cinema Center, un enorme edificio futurista, que anualmente acoge el Festival de Cine de Busan, el más importante de Asia. Para llegar a la zona del centro Shinsegae hay que parar en la estación de metro Centum City.
Playa de Haeundae.
Otro vistazo a la playa de Haeundae.
Selfie en la playa de Haeundae.
Los vigilantes de la playa coreanos.
Remojándose los pies en la playa de Haeundae.
El paseo que recorre la playa de Haeundae.
Calles de los alrededores de la playa de Haeundae.
Mercadillo en Haeundae.
Pinchos coreanos para comer en Haeundae.
¿Apetece un huevo negro?
Barrio de Haeundae.
La calle que lleva a la playa de Haeundae.
Centro comercial de Shinsegae.
Busan Cinema Center.
Pero el centro neurálgico de Busan, sobre todo por las noches, se encuentra en la zona de la estación de metro de Seomyeon, donde hay montones de restaurantes para cenar y mucho ambiente para tomarse una copa. Detrás del centro comercial Lotte hay una calle donde por las noches montan puestos de comida al aire libre. Seomyeon está en el corazón de Busan, a medio camino de la zona del puerto y la playa de Haeundae.
Seomyeon es una buena zona para alojarse porque está bien comunicada y cuenta con hoteles mucho más económicos que, por ejemplo, la playa de Haeundae. Nosotros nos alojamos aquí, en el Hue Motel, otro de los llamados hoteles del amor. La habitación es básica, pero correcta y está muy bien situado en una callejuela llena de bares y restaurantes. La habitación doble con baño privado y sin desayuno nos costó 55.000 wons (55 dólares). El wifi es gratis.
En Busan terminamos nuestra ruta por Corea del Sur y cogimos un avión rumbo a Japón para continuar con el viaje por tierras niponas. Desde Seomyeon se puede llegar al aeropuerto de Busan en metro, haciendo un transbordo a un tren ligero. En total se tarda media hora en llegar.
Calle cercana a nuestro hotel en la zona de Seomyeon.
Otra calle de bares y restaurantes en Seomyeon.
Hue Motel, donde nos alojamos en Busan.
El animado barrio de Seomyeon.
Otra calle del barrio de Seomyeon.
Anocheciendo en Seomyeon.
Cosas que te encuentras por la noche en las calles Seomyeon.
Puestecillos de comida para cenar en Seomyeon.
VÍDEO: Calle de Seomyeon por la noche
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