Bayona
La capital del País Vasco francés es una excelente parada para hacer un alto en el camino si se viaja en coche desde España a Burdeos. Situada a solo 40 km de la frontera de Irún, Bayona se levanta en la confluencia de los ríos Nive y Adur, este último navegable hasta el cercano océano Atlántico, que se encuentra a escasos 8 km de la ciudad.
Bayona cuenta con un precioso centro histórico formado por un entramado de callejuelas empedradas en el que resplandecen las fachadas con viejas vigas de madera vista y los vetustos pórticos de las ventanas.
El casco antiguo está en el interior de una ciudadela construida en el siglo XVII por Vauban, el ingeniero militar francés que revolucionó el arte de fortificar ciudades mediante un complejo sistema de fosos, murallas en forma de estrella y bastiones. Las murallas de la ciudadela de Vauban todavía envuelven el centro histórico de Bayona y el foso se ha convertido en un agradable parque para pasear.
Dentro del recinto amurallado destaca la catedral de Santa María, coronada por dos enormes campanarios de 85 metros de altura. Esta catedral era una importante escala del Camino de Santiago antes de adentrarse en territorio español.
Las riberas del río Nive son otro lugar muy agradable para pasear, contemplando las bonitas fachadas de piedra y los soportales en los bajos de los edificios. Muchos cafés y bares tienen terrazas junto al río. Junto al puente de Pannecau se encuentra el mercado cubierto, un buen sitio para probar alguna especialidad gastronómica local o comprar productos típicos de la región.
La ciudad es famosa por el jamón de Bayona, muy similar al jamón de Parma italiano, que no dejan de ser variedades del jamón serrano español, aunque menos curadas. Bayona también puede presumir de sus refinadas pastelerías, con el pastel vasco como dulce típico de la región.
Además, las chocolaterías forman parte de la historia de la ciudad desde finales del siglo XV, cuando muchos judíos expulsados de España por los Reyes Católicos se instalaron en la localidad y convirtieron el arte chocolatero en una próspera industria local.
Bayona cuenta con un precioso centro histórico formado por un entramado de callejuelas empedradas en el que resplandecen las fachadas con viejas vigas de madera vista y los vetustos pórticos de las ventanas.
El casco antiguo está en el interior de una ciudadela construida en el siglo XVII por Vauban, el ingeniero militar francés que revolucionó el arte de fortificar ciudades mediante un complejo sistema de fosos, murallas en forma de estrella y bastiones. Las murallas de la ciudadela de Vauban todavía envuelven el centro histórico de Bayona y el foso se ha convertido en un agradable parque para pasear.
Dentro del recinto amurallado destaca la catedral de Santa María, coronada por dos enormes campanarios de 85 metros de altura. Esta catedral era una importante escala del Camino de Santiago antes de adentrarse en territorio español.
Las riberas del río Nive son otro lugar muy agradable para pasear, contemplando las bonitas fachadas de piedra y los soportales en los bajos de los edificios. Muchos cafés y bares tienen terrazas junto al río. Junto al puente de Pannecau se encuentra el mercado cubierto, un buen sitio para probar alguna especialidad gastronómica local o comprar productos típicos de la región.
La ciudad es famosa por el jamón de Bayona, muy similar al jamón de Parma italiano, que no dejan de ser variedades del jamón serrano español, aunque menos curadas. Bayona también puede presumir de sus refinadas pastelerías, con el pastel vasco como dulce típico de la región.
Además, las chocolaterías forman parte de la historia de la ciudad desde finales del siglo XV, cuando muchos judíos expulsados de España por los Reyes Católicos se instalaron en la localidad y convirtieron el arte chocolatero en una próspera industria local.
La rue Port Neuf es una de las principales calles del casco histórico de Bayona.
Una agradable terracita en la rue Port Neuf.
Las torres de la catedral de Santa María se alzan al fondo.
Paseando por el centro histórico de Bayona.
Preciosas fachadas en la ciudad vieja.
Otra animada calle del centro de Bayona.
El pastel vasco, una especialidad local.
Otro bonito rincón de Bayona.
Puente sobre el río Nive.
Fachadas sobre el río Nive.
Bares y terrazas en las riberas del Nive.
Otra vista de la ribera del Nive.
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