Sihanoukville

De Siem Reap a Sihanoukville no hay autobuses directos y hay que hacer trasbordo obligatoriamente en Phnom Penh convirtiendo el viaje en una auténtica paliza que dura casi el día entero (12 horas). Se tardan unas cinco-seis horas en llegar a la capital camboyana, un par de horas en hacer el cambio de autobús y luego otras cuatro-cinco horas de viaje hasta Sihanoukville.

Al menos, no hace falta comprar dos billetes porque en cualquier agencia de Siem Reap los venden directos hasta Sihanoukville, con el trasbordo incluido. A nosotros nos costó 10 dólares.

De camino hacia Sihanoukville.



El autobús hace una parada en el camino.



Área de servicio camboyana, en la carretera.

Sihanoukville es el destino de playa más popular de Camboya, aunque deja bastante que desear en comparación con otras playas del sudeste asiático. También es cierto que en los tres días que estuvimos allí no vimos el sol por culpa del monzón y eso resta encanto al lugar, pero, en general, las playas de Sihanoukville nos parecieron bastante sucias y la ciudad, fea de narices.

El rey Sihanouk fundó la urbe con su nombre en los años 50 para dotar a Camboya  de su primer puerto marítimo en condiciones, ya que hasta esa fecha todas las importaciones y exportaciones del país se realizaban a través del Mekong. El puerto atrajo a muchas industrias y así fue creciendo la ciudad de Sihanoukville hasta convertirse en la tercera más grande del país, solo por detrás de Siem Reap y Phnom Penh.

El centro de la ciudad, formado por anchas avenidas y edificios de hormigón levantados en los años 60 y 70, no tiene ningún interés y los viajeros que acuden a Sihanoukville lo hacen para disfrutar de las playas de los alrededores.

Las más populares y el mejor sitio para alojarse son las playas colindantes de Serendipity y Occheuteal, las más frecuentadas por los mochileros. Aquí se concentran los hoteles de precio medio-bajo y es, sin duda, la zona más animada de Sihanoukville.

Toda la playa está repleta de bares, pubs y restaurantes, que por las noches montan fiestas y asan pescado en la arena. Para  tomar unas cervezas y cenar junto al mar es un buen sitio, aunque en agosto es temporada baja y se nota, ya que muchos locales están vacíos. Lo bueno es que los precios de los hoteles también son más económicos.

Durante el día, Serendipity podría ser una playa fantástica, rodeada de cocoteros y árboles tropicales, pero la proliferación incontrolada de bares y restaurantes ha llenado de suciedad la arena y ha echado a perder el lugar. Ya no es solo por la basura que puedan dejar los restaurantes y bares de copas por las noches, lo peor son los desagües de esos garitos, que atraviesan impunemente la arena para verter sus aguas residuales directamente en el mar y a la vista de todo el mundo. No es agradable bañarse en un sitio donde cada 40 metros hay un desagüe. Las autoridades camboyanas deberían tomar medidas para poner freno a esa guarrada.

Playa de Serendipity.



Otra vista de la Serendipity.



Cartel de Serendipity, clavado en el tronco de una casuarina de la playa.



Las terrazas de los bares de Serendipity, vacías por el monzón.



La hilera de bares de Serendipity se extiende más de un kilómetro.



Vendedora de fruta.



Las tumbonas de la playa, vacías por el temporal.



Un desagüe de los bares vierte las aguas residuales en medio de la playa.



Basura junto a este puestecillo en la playa de Serendipity.



Una estatua de dos delfines, junto a otro desagüe.



Calle principal de Serendipity.



Amplia avenida, en la zona de Occheuteal.



Vaca rebuscando entre la basura en la calle.



Rotonda de los leones, a la entrada de Serendipity.



Asando pescado en la playa de Serendipity.



Parrillada de pescado a la brasa en la noche de Serendipity.

Más limpia es la playa de Otres Beach, situada a unos cinco kilómetros al sur de Serendipity. Aunque también tiene bares y restaurantes en la arena, con sus correspondientes desagües, no está tan masificada y es más higiénica. También hay algunos establecimientos para alojarse, aunque son más básicos.

Victory Beach es otra conocida playa de Sihanoukville, aunque no nos pareció demasiado atractiva. Los hoteles que dan a la playa también vierten sus desagües en el mar y hay menos ambiente que en Serendipity. La zona de bares está muy alejada de la playa, en lo alto de una colina conocida como Victory Hill.

La playa de Independence Beach es más solitaria y limpia que las anteriores porque apenas hay hoteles o restaurantes en la arena, aunque la mejor playa de Sihanoukville es Sokha Beach, que pertenece casi en su totalidad a un hotel de lujo. La arena está impoluta y no hay desagradables desagües desembocando en el mar. El problema de esta playa es que para comer o tomar algo solo se puede ir al lujoso Sokha Beach Resort, pagando precios muy elevados.

Otres Beach, mucho más limpia que Serendipity.



Porros a 1,50 dólares y pizzas de marihuana, en Otres Beach.



Atardecer en Otres Beach.



Victory Beach.



Barriendo la playa de Victory Beach.



También hay desagües en Victory Beach.



Niños jugando en las aguas residuales de la playa.



Otra vista de Victory Beach.



Zona de bares en Victory Hill.



Monumento a la independencia, en Victory Hill.



Sokha Beach, la mejor playa de Sihanoukville.

Lo mejor es alojarse en la zona de Serendipity para disfrutar de sus noches y durante el día ir a otra playa más limpia como Independence Beach, Otres Beach o Sokha Beach. El tuk-tuk es la mejor forma de desplazarse entre las diferentes playas de Sihanoukville. Hay que regatear los precios, pero normalmente cobran 2-3 dólares por desplazamiento. Alquilar una moto es arriesgado porque la policía de Sihanoukville tiene fama de sacarse sobresueldos multando a los turistas por cualquier tontería.

Nosotros nos alojamos en la zona de Serendipity-Occheuteal, en el Beach Club Resort. Es un hotel muy recomendable, con aire acondicionado y piscina, situado a 300 metros de la playa. La habitación doble con desayuno nos costó 25 dólares, aunque en temporada alta suben los precios.