Ciudad Ho Chi Minh (Saigón)
Tras la expulsión de los americanos de Vietnam y el triunfo de los comunistas en 1975, Saigón fue rebautizada como Ciudad Ho Chi Minh en honor al líder revolucionario vietnamita, fallecido seis años antes. Ese es todavía el nombre oficial de la ciudad, aunque en la calle casi todo el mundo la sigue llamando Saigón.
Saigón es la mayor metrópoli de Vietnam, con más de ocho millones de habitantes, y el centro financiero del país, ya que la mayoría de empresas y multinacionales extranjeras se han instalado en sus calles. Su aeropuerto internacional Tan Son Nhat es la principal puerta de entrada a Vietnam, dando la bienvenida a casi dos tercios de los turistas que ingresan en el país.
Nosotros llegamos a Saigón por la mañana en un tren nocturno procedente de Nha Trang. Fuera de la estación hay un caos de taxis esperando a los viajeros, pero unos tipos uniformados se encargan de organizar, con escaso éxito, la recogida de clientes. Después de ver cómo nos quitaban en las narices cinco o seis taxis, conseguimos montarnos en uno, que nos llevó al céntrico barrio de Pham Ngu Lao, el territorio mochilero de la ciudad.
Llegando a la estación de Saigón.
Nos alojamos en el hotel Orient, muy bien situado en la zona de bares y restaurantes de Pham Ngu Lao. La habitación doble con desayuno nos costó 425.000 dongs (15 euros). La única pega es que no tiene wifi ni internet en recepción.
El barrio de Pham Ngu Lao es, salvando las distancias, parecido al famoso Khao San Road de Bangkok. Hay montones de agencias de viajes, bares y restaurantes. Por las noches, sus terrazas son un hervidero de turistas, ideales para saborear una fresh-beer, la típica cerveza de grifo vietnamita.
VÍDEO: Noche en Pham Ngu Lao
Aparte de su gran ambiente nocturno, Saigón no cuenta con tantos atractivos turísticos como Hanoi. En Ciudad Ho Chi Minh no existe un Barrio Antiguo tan encantador como el de la capital norteña y la mayoría de sus calles son avenidas anchas y modernas. Eso sí, el tráfico sigue siendo igual de caótico y la invasión de motos todavía mayor.
Panorámica del moderno centro de Saigón.
Motos bajo la mirada de Ho Chi Minh.
Mucho tráfico en las calles de Saigón.
Sede del Comité Popular.
Fachada del hotel Rex.
Vendiendo comida en las calles.
Otro vendedor ambulante de Saigón.
El río Saigón atraviesa la ciudad.
La céntrica plaza Me Linh.
Cartel del partido comunista.
Descansando en la moto.
Aparcamiento de motos en la calle.
Algunos vendedores bloquean parcialmente las aceras.
Otros las bloquean totalmente.
VÍDEO: Intentando cruzar un paso de cebra en Saigón
Aun así, merece la pena dedicar al menos un día para visitar los principales reclamos de Saigón. Seguramente el lugar más impactante sea el Museo de la Guerra que muestra reliquias de la contienda contra los americanos (entrada 15.000 dongs). Fuera del edificio se exhiben tanques, helicópteros y otras piezas de artillería yanquis.
En el interior hay otros recuerdos y duras fotografías de los estragos provocados por la guerra y el Napalm. La visita más aterradora es la Sala Naranja, dedicada a los efectos causados por el letal Agente Naranja que el ejército estadounidense espolvoreó sin miramientos por todo Vietnam. Ese gas tóxico todavía sigue provocando deformaciones entre la población. Las imágenes que se muestran en esa sala no son aptas para estómagos sensibles.
Museo de la Guerra, el más visitado de Saigón.
Un viejo caza americano en la entrada del museo.
Y aquí otro bicho del ejército estadounidense.
La famosa imagen de la niña quemada por el Napalm, en el interior del museo. Obra de Nick Ut.
Otro lugar destacado es el Palacio de la Reunificación, que se conserva igual que en 1975 cuando fue tomado por las tropas comunistas para derrocar al gobierno de Vietnam del Sur. En sus jardines todavía se pueden ver los primeros tanques que destrozaron la verja que rodea el Palacio para poner fin a la Guerra de Vietnam (entrada 30.000 dongs).
No muy lejos se puede visitar la Catedral de Notre Dame, construida a finales del siglo XIX, y la cercana Oficina de Correos, de estilo colonial francés. También de arquitectura colonial es la imponente Sede del Comité Popular, antiguo Hotel de Ville, que se encuentra en la zona más lujosa de la ciudad, donde se congregan las tiendas de moda internacionales. Aquí se puede ver el Hotel Rex, todavía en activo, donde acudían los oficiales americanos durante la Guerra de Vietnam.
Palacio de la Reunificación.
Los tanques que tomaron el Palacio se exhiben en sus jardines.
Más propaganda estatal.
Motos paradas en un semáforo.
Catedral de Notre Dame.
Familia posando para la foto frente a la catedral.
El templo más interesante de la ciudad es la Pagoda del Emperador de Jade, un santuario taoísta chino. En el patio de la entrada hay un pequeño estanque con tortugas y dentro se pueden encontrar coloridas tallas de madera. Se puede llegar caminando desde el centro dando un largo paseo.
Los mercados son otra visita indispensable en Saigón. En la zona centro destaca el Mercado de Ben Thanh, un enorme bazar cubierto construido por los franceses a principios del siglo pasado. Destaca la Torre del Reloj de su entrada principal. En el interior se pueden encontrar todo tipo de mercancías y puestos de comida. A pocas manzanas de distancia se encuentra el mercadillo callejero de Huynh Thuc Khang, que también merece un vistazo.
Pagoda del Emperador de Jade.
Mercado de Ben Thanh.
Mercado callejero de Huynh Thuc Khang.
Comprando carne desde la moto.
Colorida verdulería.
En cualquier calle hay un vendedor ambulante.
El verde, creo que es el cable verde...
Paseando por el centro de Saigón.
Fuera del centro destaca el Barrio de Cholon, donde reside la comunidad china de la ciudad. Está repleto de pequeños templos y pagodas de todas las religiones que se practican en ese país vecino. El Mercado de Binh Tay y sus alrededores son un delicioso caos de gente y mercancías al más puro estilo chino.
Todavía más lejos del centro se levanta la Pagoda de Giac Lam, con agradables jardines para descansar del bullicio de Saigón. La estupa de 32 metros de altura es la construcción más vistosa del recinto.
Farolillos chinos decoran esta calle de Cholon.
Pagoda de Ong Bon.
Interior de un templo chino de Cholon.
Animada calle de Cholon.
Pagoda de Tam Son Hoi Quan, en Cholon.
Rezando en el interior de la pagoda.
Otra calle de Cholon.
Vendedora, ajena al bullicio de la ciudad.
Difícil llegar hasta el vendedor de este puesto del mercado de Binh Tay.
VÍDEO: Atasco en el mercado de Binh Tay
Una de mis ciudades favoritas que has sabido mostrarnos muy bien
ResponderEliminartodos deberiamos ir una vez por lo menos a saigon
un abrazo
Hola Bleid. Merece una visita, desde luego. Lo que más nos gustó fue el Museo de la Guerra, con impactantes imágenes en la Sala Naranja. Saludos!!
ResponderEliminarEl otro día un compañero de trabajo me comentaba lo mism o sobre cómo le había impactado el Museo de la Guerra. Saigón debe ser una ciudad impresionante!!!
ResponderEliminarHola M. Teresa. Sí, dentro del museo hay imágenes muy durísimas de los efectos del agente naranja y el Napalm. Es una visita que impacta bastante. Saludos!
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