Pafos
Pafos es el centro turístico más importante del oeste de Chipre, una ciudad repleta de restaurantes, discotecas y hoteles de playa que en verano es invadida por hordas de turistas en busca de sol y cerveza barata.
Pero Pafos también es una antiquísima ciudad nacida en la época neolítica y posteriormente habitada por micénicos, fenicios, griegos, romanos, bizantinos... una heterogénea evolución cultural que ha dejado huella en sus numerosos restos arqueológicos.
Las ruinas de Nea Paphos, situadas junto al mar, son las más importantes y muestran el trazado de la antigua ciudad Ptolomeica. Durante esta época de soberanía egipcia, allá por el siglo IV ac, Pafos fue un importante puerto comercial que continuó activo bajo el Imperio Romano.
De la época romana son los impresionantes mosaicos de Pafos, el gran atractivo de la ciudad, que se conservan en un edificio cubierto dentro del complejo de Nea Paphos. La entrada, que da derecho a visitar las ruinas y los mosaicos, cuesta 3,40 euros.
Cerca de las ruinas de Nea Paphos se levanta un torreón medieval que controla la entrada al puerto de Pafos. Subir a la torre cuesta 1,70 euros y ofrece buenas vistas de la bahía.
Otro lugar destacado de Pafos son las Tumbas de los Reyes. Se trata de unas necrópolis excavadas en las rocas y que datan del siglo IV ac. En ellas fueron enterrados los aristócratas locales de la época.
La basílica de Hrysopolitissa, del siglo IV, y la bizantina iglesia de Agia Paraskevi también merecen una visita.
En Pafos nos alojamos en el hotel Pyramos por 35 euros la noche en habitación doble, con desayuno y wifi. En verano sube sus tarifas.
Paseo marítimo de Pafos.
Calle del centro de Pafos.
Pero Pafos también es una antiquísima ciudad nacida en la época neolítica y posteriormente habitada por micénicos, fenicios, griegos, romanos, bizantinos... una heterogénea evolución cultural que ha dejado huella en sus numerosos restos arqueológicos.
Las ruinas de Nea Paphos, situadas junto al mar, son las más importantes y muestran el trazado de la antigua ciudad Ptolomeica. Durante esta época de soberanía egipcia, allá por el siglo IV ac, Pafos fue un importante puerto comercial que continuó activo bajo el Imperio Romano.
Las ruinas de Nea Paphos, junto al mar.
El faro de Pafos se alza sobre las ruinas.
De la época romana son los impresionantes mosaicos de Pafos, el gran atractivo de la ciudad, que se conservan en un edificio cubierto dentro del complejo de Nea Paphos. La entrada, que da derecho a visitar las ruinas y los mosaicos, cuesta 3,40 euros.
Mosaico dedicado a las cuatro estaciones.
Mosaico circular.
Otro fantástico mosaico, en la llamada Casa de Dionisio.
Cerca de las ruinas de Nea Paphos se levanta un torreón medieval que controla la entrada al puerto de Pafos. Subir a la torre cuesta 1,70 euros y ofrece buenas vistas de la bahía.
Torreón del fuerte de Pafos, en la entrada al puerto.
Otro lugar destacado de Pafos son las Tumbas de los Reyes. Se trata de unas necrópolis excavadas en las rocas y que datan del siglo IV ac. En ellas fueron enterrados los aristócratas locales de la época.
Las Tumbas de los Reyes, excavadas bajo tierra.
Las Tumbas de los Reyes recuerdan las cámaras funerarias egipcias.
Las Tumbas también están muy cerca del mar.
La basílica de Hrysopolitissa, del siglo IV, y la bizantina iglesia de Agia Paraskevi también merecen una visita.
Basílica de Hrysopolitisa.
En Pafos nos alojamos en el hotel Pyramos por 35 euros la noche en habitación doble, con desayuno y wifi. En verano sube sus tarifas.
Barcas de recreo en el litoral de Pafos.
Panorámica desde el faro de Pafos.
Fuerte oleaje debido a un temporal.
VÍDEO: Olas en Pafos.
Puesta de sol en Pafos.
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