De Aurland a Oslo
No podía faltar la lluvia para despedir nuestro último día de ruta por Noruega, desde Aurland hasta Oslo atravesando el interior del país. Nada más salir de Aurland se puede optar por coger el túnel de Laerdal, el más largo del mundo para vehículos con 24,5 kilómetros de longitud, o coger la llamada Carretera de las Nieves (40 km).
Sobra decir que la segunda opción es la más acertada, ya que asciende un puerto de montaña nevado con un paisaje espectacular. Solo es transitable de junio a noviembre. Las primeras rampas son muy estrechas y casi no caben dos coches, pero ofrecen unas magníficas vistas del fiordo de Aurland.
Luego la carretera se ensancha y apenas hay tráfico porque, salvo los turistas, todo el mundo opta por la vía rápida del túnel de Laerdal, terminado en el año 2000. Antes de su construcción, la ruta entre Oslo y Bergen, las dos principales ciudades de Noruega, ascendía por narices la Carretera de las Nieves y alargaba en una hora la duración del trayecto.
Superada la Carretera de las Nieves continuamos la ruta hasta la localidad de Gol pasando por la fantasmagórica iglesia de madera de Borgund, del siglo XII. Estas iglesias de madera (stave churches) fueron muy comunes en Noruega durante la Edad Media, pero solo han sobrevivido 28 en todo el país. La de Borgund es una de las mejor conservadas y espectaculares. Su silueta parece sacada de Conan el Bárbaro. La entrada cuesta 65 coronas (8 euros), aunque es más bonita desde el exterior.
En Gol también hay otra iglesia de madera bien conservada, pero está mucho más protegida por la taquilla y apenas puedes acercarte si no desembolsas otras 65 coronas (8 euros). Como no era plan de ir soltando coronas en cada iglesia nos conformamos con verla desde fuera, igual que la cercana iglesia de Al.
De camino a Oslo también pasamos por la catarata Rjukandefossen, poderosa por su abundante caudal y sus 18 metros de caída. Está cerca del pueblo de Tuv, bien señalada en la carretera 52. Desde el párking hay que recorrer un pequeño sendero de unos 500 metros hasta llegar a la catarata.
Llegamos a Oslo al atardecer y dejamos el coche en el párking del Hotel Radisson Blu Scandinavia, donde Hertz tiene instalada su oficina del centro de la ciudad. Nos alojamos en el Hotel Sentrum Pensjonat, ya que el Comfort Xpress de las primeras noches estaba completo. Es mucho más viejo y cutre, pero, en cambio, más caro. La doble con baño compartido nos costó 750 coronas (96 euros). A la mañana siguiente cogimos temprano el avión de regreso a España.
Sobra decir que la segunda opción es la más acertada, ya que asciende un puerto de montaña nevado con un paisaje espectacular. Solo es transitable de junio a noviembre. Las primeras rampas son muy estrechas y casi no caben dos coches, pero ofrecen unas magníficas vistas del fiordo de Aurland.
Luego la carretera se ensancha y apenas hay tráfico porque, salvo los turistas, todo el mundo opta por la vía rápida del túnel de Laerdal, terminado en el año 2000. Antes de su construcción, la ruta entre Oslo y Bergen, las dos principales ciudades de Noruega, ascendía por narices la Carretera de las Nieves y alargaba en una hora la duración del trayecto.
Superada la Carretera de las Nieves continuamos la ruta hasta la localidad de Gol pasando por la fantasmagórica iglesia de madera de Borgund, del siglo XII. Estas iglesias de madera (stave churches) fueron muy comunes en Noruega durante la Edad Media, pero solo han sobrevivido 28 en todo el país. La de Borgund es una de las mejor conservadas y espectaculares. Su silueta parece sacada de Conan el Bárbaro. La entrada cuesta 65 coronas (8 euros), aunque es más bonita desde el exterior.
En Gol también hay otra iglesia de madera bien conservada, pero está mucho más protegida por la taquilla y apenas puedes acercarte si no desembolsas otras 65 coronas (8 euros). Como no era plan de ir soltando coronas en cada iglesia nos conformamos con verla desde fuera, igual que la cercana iglesia de Al.
De camino a Oslo también pasamos por la catarata Rjukandefossen, poderosa por su abundante caudal y sus 18 metros de caída. Está cerca del pueblo de Tuv, bien señalada en la carretera 52. Desde el párking hay que recorrer un pequeño sendero de unos 500 metros hasta llegar a la catarata.
Llegamos a Oslo al atardecer y dejamos el coche en el párking del Hotel Radisson Blu Scandinavia, donde Hertz tiene instalada su oficina del centro de la ciudad. Nos alojamos en el Hotel Sentrum Pensjonat, ya que el Comfort Xpress de las primeras noches estaba completo. Es mucho más viejo y cutre, pero, en cambio, más caro. La doble con baño compartido nos costó 750 coronas (96 euros). A la mañana siguiente cogimos temprano el avión de regreso a España.
Panorámica del fiordo de Aurland.
Un barco navegando por el fiordo.
Ascendiendo la Carretera de la Nieves.
La nieve se amontona a los lados de la carretera.
En algunos tramos la nieve es más alta que el coche.
Un río desciende entre la nieve.
Atravesando la Carretera de las Nieves.
Ovejas en el camino al descender el puerto.
Un río de montaña desciende con fuerza.
Bonitas casas junto al lago en Laerdalsoyri.
Iglesia de madera de Borgund.
Otra vista de la espectacular iglesia de Borgund.
Acercándonos a la Catarata Rjukandefossen.
Catarata Rjukandefossen.
Iglesia de madera de Gol, escondida en el bosque.
Iglesia de madera de Al.
¡Cuidado con los renos!
Un camión avanza por la carretera rodeada de bosque.
Y fin.
ResponderEliminarQué pasada de paisajes, tanta agua por todas partes, en todas sus formas y estados. Lo de la carretera me ha impactado, hasta una catarata desemboca en ella, es que es de coña. Y esas aldeas de 4 casitas... parecen de cuento.
Me ha encatado, de principio a fin.
Hola Elena
ResponderEliminarLa verdad que agua no les falta. Demasiada para nuestro gusto porque casi no paró de llover!!!
Sobre lo de que es caro, es cierto, pero comiendo en supermercados y durmiendo en campings se puede llevar.
Saludos!!
Nosotros vamos en viaje organizado (Corte Ingles) todo incluido pero estoy un poco asustada por los precios.Las fotografias son realmente preciosas
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