Moscú | Москва

Llegamos a la estación Leningradsky Vokzal de Moscú poco después de las 5 de la mañana con mucho sueño en el cuerpo y cogimos el metro para ir al hostel Monroe que habíamos reservado por e-mail.

El hostel resultó ser un cuchitril donde no había nadie en recepción hasta las diez, así que nos fuimos a desayunar y a dar una vuelta. Por supuesto cuando regresamos no tenían habitación doble porque no habíamos pagado por adelantado y eso que por e-mail nos la habían confirmado.

Por suerte la chica de recepción, muy agradable, nos buscó alojamiento en otro de los tres hostels que tienen en la ciudad, el Bulgakov, que resultó ser mucho mejor, aunque, como todos los hostels de Moscú, tampoco es para tirar cohetes.

Lo mejor del Bulgakov es su situación en plena calle Arbat, la más comercial de Moscú. Las dos primeras noches nos dieron una doble con baño privado porque no tenían con baño compartido, que era nuestra reserva, y nos la dejaron al mismo precio (2.200 rublos / 55 euros). Una ganga en pleno centro de Moscú. Luego nos cambiaron a otra con baño compartido. El registro del visado es un atraco por el que te sablan 700 rublos (18 euros).

Cumplida nuestra penitencia con la burocracia rusa por fin pudimos dedicarnos a disfrutar de la capital rusa, una de las ciudades más fascinantes del mundo. Sus atractivos son infinitos, pero ahí van unos cuantos indispensables:

Plaza Roja: Sencillamente impresionante. Las cúpulas de la catedral de San Basilio, las murallas del Kremlin, la tumba de Lenin, los almacenes GUM... Nunca te cansas de pasear por su adoquinado suelo por el que tantas veces desfiló el potencial atómico de la URSS. Visitar todas las atracciones de esta plaza y sus alrededores (teatro Bolshoi, plaza de la Revolución, jardines Alexandrovsky, entrar al Kremlin, etc.) requiere al menos un par de días.

Calle Arbat: La más famosa de Moscú. Es una larga calle peatonal repleta de comercios, restaurantes y terrazas para tomar algo. Al atardecer acuden muchos músicos callejeros e, incluso, se puede presenciar un concierto de rock. Durante todo el día hay pintores y otros artistas.

Moscú soviético: Destaca el Centro de Exposiciones de Toda Rusia, en la actualidad un parque de atracciones repleto de edificios y pabellones de la época soviética desde donde se divisa la torre de televisión de Ostankino (540 m). Muy cerca está el Monumento a los Cosmonautas, un obelisco de 100 m que simula el lanzamiento de un cohete. Otro vestigio de la URSS es el antiguo cuartel del KGB, en la plaza Lubyanskaya, o los rascacielos estalinistas como el hotel Ucrania o la inmensa Universidad Estatal. Cerca del Parque Gorki se puede visitar el Parque de las Esculturas, donde reposan viejas estatuas de Lenin y Stalin, entre otros.

Monasterio Novodevichy: Junto a las aguas del río Moskva se levanta este remanso de paz con iglesias y campanarios rematados por brillantes cúpulas de cebolla. Detrás de sus murallas está el cementerio Novodevichy donde descansan personajes como Chejov, Eisenstein, Nikita Khrushov, Molotov o la mujer de Stalin.

Casa Blanca: Escenario privilegiado de la caída de la Unión Soviética. Fue el lugar donde Boris Yeltsin plantó cara a los tanques soviéticos y acabó con el régimen comunista en 1991. Dos años después fue el propio Yeltsin quien ordenó abrir fuego contra los manifestantes que pretendían recuperar el comunismo. Murieron 145 personas. Hoy día los nostálgicos de la URSS todavía recuerdan aquella matanza en el parque de al lado, donde se amontonan recortes de prensa, fotos y mensajes críticos con el nuevo capitalismo.

Río Moskva: Pasear por las riberas del río, o navegar por él, permite obtener unas excelentes vistas del corazón de Moscú: Las murallas del Kremlin, la Catedral de Cristo Salvador, la inmensa estatua de Pedro el Grande, el hotel Ucrania...

Metro: Por sí solo es una obra de arte. Estaciones como Ploshchad Revolyutsii, Barrikadnaya o Kievskaya te transportan a los tiempos de la URSS. Además de deleitarse viendo las estaciones, el metro es el mejor medio de transporte para moverse por Moscú. Barato y con un tren cada 40 segundos en hora punta.

El Mercado de Izmaylovo, la Galería Tretiakov, las plazas Puskinskaya y Triumfalnaya, las iglesias de Kitay-Gorod o pasear por las rondas de los bulevares son otros lugares recomendables.

Uno de los días fuimos a Sergiev Posad, la ciudad del Anillo de Oro más cercana a Moscú, para visitar su monasterio, uno de los más importantes de Rusia. El autobús tarda 70 minutos y se coge al lado del Centro de Exposiciones de Toda Rusia (135 rublos / 3,5 euros). La entrada al monasterio cuesta 250 rublos (6 euros).

Lo peor de nuestra estancia en Moscú, además de los 40 grados que imposibilitaban dormir por las noches, fue que coincidimos con la peor ola de incendios en la historia de Rusia. Hubo un par de días que la ciudad estuvo completamente cubierta de humo y la visibilidad era nula a más de 100 metros. La gente iba con mascarilla por la calle y a nosotros nos las regalaron en un supermercado. Fue una lástima porque nos impidió hacer buenas fotos, además de quitarnos un par de años de vida, claro.

Después de cuatro noches y cinco días en Moscú fuimos a la estación de Kazán para coger el tren nocturno a la capital del Tatarstán y empezar el verdadero Transmongoliano. Los billetes los compramos en las taquillas de la estación de Kazán el segundo día de nuestra estancia en Moscú. Compramos los siguientes tramos: Moscú-Kazán (2.320 rublos / 59 euros) y Kazán-Yekaterimburgo (2.425 / 61 euros).


La inconfundible catedral de San Basilio.



Museo Estatal de Historia, otro icono de la Plaza Roja.



Fachada de los almacenes GUM.



Interior de los almacenes GUM.



Entrada al mausoleo de Lenin.



La Plaza Roja.



Una torre del Kremlin frente a la catedral de San Basilio.



La Guardia Roja frente a las murallas del Kremlin.



Las cúpulas de San Basilio emergen sobre los adoquines de la Plaza Roja.



Fantástica vista del Kremlin desde la otra orilla del Moskva.



Cúpulas doradas en el interior del Kremlin.



La catedral de la Asunción es el corazón del Kremlin.



Panorámica del Kremlin y el río Moskva.



Teatro Bolshoi.



La peatonal calle Arbat.



Curioso bar en la calle Arbat.



Biblioteca Estatal Lenin.



Bloques de hormigón en la calle Novy Arbat.



Plaza Pushkinskaya.



Niños bañándose en las fuentes de los jardines Alexandrovsky.



Lujosa estación de metro en Moscú.



Gran estatua en la estación de metro Partizanskaya.



El humo de los incendios cubre la entrada a esta estación de metro.



Escultura soviética.



Stalin, una reliquia en el parque de las esculturas.



Una bolsa del McDonald's también sirve para protegerse del humo.



Monasterio Novodevichy, cubierto por la nube de ceniza.



Originales tumbas en el cementerio Novodevichy.



La vieja élite soviética reposa en el cementerio Novodevichy.



Militares rusos avanzan entre la espesa niebla provocada por los incendios.



Plaza Triumfalnaya.



El humo llegó a ser tan espeso que no se veía nada a 200 metros.



Antigua sede del KGB en la plaza Lubyanskaya.



Barrio popular de Zamoskvorechie, de casitas bajas y pequeños comercios.



Puesto de fruta en Zamoskvorechie.



Sorteando un viejo Lada en un centro comercial.



El sorprendente monumento a la inocencia perdida: Dos niños rodeados de monstruos.



Viejos tranvías todavía recorren algunas calles de Moscú.



Lenin preside el Centro de Exposiciones de Toda Rusia.



Relieves soviéticos en el Centro de Exposiciones de Toda Rusia.



Los rusos se bañan en esta gran fuente del Centro de Exposiciones.



Monumento a los cosmonautas rusos.



La silueta de la torre Ostankino.



Estación de metro frente al soviético edificio Kudrinskaya.



La Casa Blanca, donde Boris Yeltsin fulminó la URSS.



Los comunistas todavía recuerdan la URSS con recortes de periódico frente a la Casa Blanca.



La foto de Putin abrazando al perro de Bush padre no gustó a los comunistas.



Hotel Ucrania, frente a las aguas del Moskva.



Catedral de Cristo Salvador.



La gigantesca estatua de Pedro el Grande.



Universidad Estatal de Moscú.



Mercado Izmaylovo.



Muñecas rusas, las pupulares matrioskas, en Izmaylovo.



Monasterio de Sergiev Posad, también cubierto por la ceniza.



Mosaicos en Sergiev Posad.



Dos popes, de riguroso negro, en Sergiev Posad.

1 comentario:

  1. ugartefamilia@gmail.com19/5/14

    Felicitaciones por la serie de fotos de Moscú. Fue un placer verlas.
    Saludos, Alfredo Ugarte Argentina

    ResponderEliminar