Krasnoyarsk | Красноярск
Viajamos a Krasnoyarsk en el tren número 8 con una pareja joven cargada de bolsas de IKEA (imaginamos que no hicieron más de 1.000 km en tren sólo para comprar estanterías). Enseguida se durmieron y no hablaron mucho con nosotros, y eso que el tío se defendía bien en inglés. El trayecto duró 12 horas (2.569 rublos / 63 euros). Nada más llegar a Krasnoyarsk compramos los billetes para la siguiente etapa a Irkutsk (3.950 rublos / 97 euros).
VÍDEO: Suburbios de Krasnoyarsk
Una lluvia intermitente y un frío que te cagas nos recibieron en la estación de Krasnoyarsk, donde son 4 horas más que en Moscú. Tuvimos que sacar los anoraks por primera vez antes de coger un trolebús que nos llevó al centro para buscar alojamiento. Nos quedamos en el Ogni Yeniseya, que viene en la Lonely Planet, donde la doble con baño y desayuno nos costó 2.500 rublos (61 euros). Es un viejo hotel soviético sin reformar cuyas habitaciones sólo tienen agua fría. Para darse una ducha caliente hay que subir al cuarto piso y pedirle la llave a una mujer. El registro del visado cuesta 200 rublos (5 euros).
Krasnoyarsk también cuenta con muchos bloques de hormigón soviéticos y roza el millón de habitantes, pero no parece una ciudad tan deshumanizada como Novosibirsk. Calles como Prospekt Mira son muy agradables para pasear, con floridas jardineras, comercios y música por megafonía. Entre los edificios de cemento también se conservan algunas casas de madera típicamente siberianas, aunque la mayoría necesita urgentemente una restauración. La ribera del Yenisei, uno de los grandes ríos siberianos, es otro buen lugar para pasear. En ella está atracado un barco de vapor que transportó a Lenin a su exilio.
La plaza del Ayuntamiento es el centro de Krasnoyarsk y está presidida por el soviético teatro de la Ópera. Desde la plaza se puede descender hasta el río por una escalinata con fuentes. En la parte baja hay chiringuitos con terracitas. Otro punto de interés es el Parque de la Ciudad, frente al cual se levanta una gran estatua de Lenin. No muy lejos hay un busto del fundador del KGB, Felix Dzerzhinsky, uno de los pocos que todavía quedan en Rusia. También hay un interesante mural soviético en la plaza de la estación de trenes. En Krasnoyarsk pretendíamos visitar la Reserva Natural Stolby, que se encuentra a pocos kilómetros de la ciudad, pero la lluvia nos lo impidió. Al atardecer del segundo día fuimos a la estación para coger el tren a Irkutsk.
Krasnoyarsk también cuenta con muchos bloques de hormigón soviéticos y roza el millón de habitantes, pero no parece una ciudad tan deshumanizada como Novosibirsk. Calles como Prospekt Mira son muy agradables para pasear, con floridas jardineras, comercios y música por megafonía. Entre los edificios de cemento también se conservan algunas casas de madera típicamente siberianas, aunque la mayoría necesita urgentemente una restauración. La ribera del Yenisei, uno de los grandes ríos siberianos, es otro buen lugar para pasear. En ella está atracado un barco de vapor que transportó a Lenin a su exilio.
La plaza del Ayuntamiento es el centro de Krasnoyarsk y está presidida por el soviético teatro de la Ópera. Desde la plaza se puede descender hasta el río por una escalinata con fuentes. En la parte baja hay chiringuitos con terracitas. Otro punto de interés es el Parque de la Ciudad, frente al cual se levanta una gran estatua de Lenin. No muy lejos hay un busto del fundador del KGB, Felix Dzerzhinsky, uno de los pocos que todavía quedan en Rusia. También hay un interesante mural soviético en la plaza de la estación de trenes. En Krasnoyarsk pretendíamos visitar la Reserva Natural Stolby, que se encuentra a pocos kilómetros de la ciudad, pero la lluvia nos lo impidió. Al atardecer del segundo día fuimos a la estación para coger el tren a Irkutsk.
Pasillo de nuestro hotel en Krasnoyarsk.
Lloviendo intensamente al llegar a la estación de Krasnoyarsk.
Calle del centro de Krasnoyarsk.
Bloques de hormigón de la era Khrushev.
Curioso grafiti.
Los juzgados de Krasnoyarsk.
Grúas del puerto en la otra orilla del enorme Yenisei.
Puente sobre el río Yenisei.
Típica casa siberiana de madera.
Otra calle del centro de la ciudad.
Abuela siberiana en el balcón.
La casa de madera que alojó a Lenin durante su estancia en Krasnoyarsk es un museo.
Teatro de la Ópera y el Ballet.
Fuentes frente al soviético hotel Krasnoyarsk.
Puesto ambulante de comida.
Bonito edificio estalinista.
Cartel de propaganda del ejército ruso.
Helados Sovietski, con la hoz y el martillo.
Los cochazos con cristales tintados abundan en Rusia.
Prospekt Mira es la calle más agradable para pasear.
En Krasnoyarsk llueve mucho, como refleja esta estatua.
Paseando por Prospekt Mira.
Lenin, también presente en Krasnoyarsk.
Mural soviético en la plaza de la estación.
VÍDEO: Cruzando el río Yenisei al salir de Krasnoyarsk.
Por lo que he visto tiene que será una ciudad,bastante bonitas:yo sólo la he visto desde eñ tren;ya que iba hasta Irkustk;en el lago Baikal;me hubiera gustado;recorrer el centro a pie:ya que la vi desde el tren
ResponderEliminar