Reykjavik
Con poco más de 150.000 habitantes Reykjavik es una de las capitales más pequeñas del mundo y la más septentrional del planeta. Es también el único núcleo urbano importante de Islandia, cobijando a la mitad de la población del país.
La ciudad fue el primer asentamiento que fundaron los colonos noruegos en Islandia, en el siglo IX, y se mantuvo como un conjunto de granjas junto al puerto hasta bien entrado el siglo XVIII.
Actualmente es una moderna ciudad de casitas de colores, muchos parques y poco tráfico, situada entre el lago Tjornin y el Atlántico. El lago, repleto de patos y cisnes, es uno de sus principales atractivos y un popular lugar de recreo para los habitantes de Reykjavik.
Vale la pena pasear por el puerto con las magníficas vistas de las montañas nevadas al otro lado de la bahía. Aquí se puede aprovechar para comer exquisito pescado fresco en el restaurante Sagreifinn, que aparece en la Lonely Planet. Venden brochetas a la brasa de todo tipo de pescado recién sacado del Atlántico, lamentablemente también de ballena (en peligro de extinción), por 1.500 coronas (8 euros). Solo venden cerveza light.
En el casco antiguo destaca la iglesia de Hallgrimskirkja, visible desde todos los puntos de la ciudad, pero que estaba cubierta de andamios durante nuestra estancia. En las calles del centro abundan los restaurantes, pubs y terrazas, ideales para tomar una cervecita en días soleados. Por la noche Reykjavik cuenta con una animada vida nocturna y con muchos locales con música en directo.
Fuera del centro destaca la visita al Perlan, unos antiguos depósitos de agua convertidos ahora en restaurante panorámico y museo. El Perlan domina la ciudad desde lo alto de la colina y se puede subir gratis a su terraza para obtener las mejores panorámicas de Reykjavik.
Pero, sin duda, la gran estrella de la capital islandesa es la Laguna Azul. Está cerca del aeropuerto internacional de Keflavik, a unos 40 km del centro, y en la estación de autobuses se pueden contratar excursiones con la entrada incluida por 5.400 coronas (32 euros).
La Laguna Azul es una piscina de aguas termales ricas en minerales situada en medio de un hermoso campo de lava. El agua está a 38 grados y desprende constantemente vapor permitiendo el baño incluso en días muy fríos. El recinto cuenta también con todo tipo de comodidades como duchas, saunas, baños de vapor, masajes, etc. Al lado de la Laguna Azul se alza una central geotérmica que produce energía limpia gracias al calor de la tierra.
En Reykjavik nos alojamos en la Guesthouse Pavi, una de las opciones más económicas de la capital islandesa. La habitación doble con baño compartido y desayuno incluido nos costó 38 euros la noche reservando por internet en la web de booking.
La ciudad fue el primer asentamiento que fundaron los colonos noruegos en Islandia, en el siglo IX, y se mantuvo como un conjunto de granjas junto al puerto hasta bien entrado el siglo XVIII.
Actualmente es una moderna ciudad de casitas de colores, muchos parques y poco tráfico, situada entre el lago Tjornin y el Atlántico. El lago, repleto de patos y cisnes, es uno de sus principales atractivos y un popular lugar de recreo para los habitantes de Reykjavik.
Vale la pena pasear por el puerto con las magníficas vistas de las montañas nevadas al otro lado de la bahía. Aquí se puede aprovechar para comer exquisito pescado fresco en el restaurante Sagreifinn, que aparece en la Lonely Planet. Venden brochetas a la brasa de todo tipo de pescado recién sacado del Atlántico, lamentablemente también de ballena (en peligro de extinción), por 1.500 coronas (8 euros). Solo venden cerveza light.
En el casco antiguo destaca la iglesia de Hallgrimskirkja, visible desde todos los puntos de la ciudad, pero que estaba cubierta de andamios durante nuestra estancia. En las calles del centro abundan los restaurantes, pubs y terrazas, ideales para tomar una cervecita en días soleados. Por la noche Reykjavik cuenta con una animada vida nocturna y con muchos locales con música en directo.
Fuera del centro destaca la visita al Perlan, unos antiguos depósitos de agua convertidos ahora en restaurante panorámico y museo. El Perlan domina la ciudad desde lo alto de la colina y se puede subir gratis a su terraza para obtener las mejores panorámicas de Reykjavik.
Pero, sin duda, la gran estrella de la capital islandesa es la Laguna Azul. Está cerca del aeropuerto internacional de Keflavik, a unos 40 km del centro, y en la estación de autobuses se pueden contratar excursiones con la entrada incluida por 5.400 coronas (32 euros).
La Laguna Azul es una piscina de aguas termales ricas en minerales situada en medio de un hermoso campo de lava. El agua está a 38 grados y desprende constantemente vapor permitiendo el baño incluso en días muy fríos. El recinto cuenta también con todo tipo de comodidades como duchas, saunas, baños de vapor, masajes, etc. Al lado de la Laguna Azul se alza una central geotérmica que produce energía limpia gracias al calor de la tierra.
En Reykjavik nos alojamos en la Guesthouse Pavi, una de las opciones más económicas de la capital islandesa. La habitación doble con baño compartido y desayuno incluido nos costó 38 euros la noche reservando por internet en la web de booking.
VAYA PEDAZO DE VIAJES QUE HACEIS
ResponderEliminarWow!!! Me encantó este posteo particularmente!!!
ResponderEliminarEs un lugar que no se explota demasiado, turísticamente. Uno creería que no tiene mucho que ofrecer, por el frío...pero sin dudas la Laguna Azul, ¡Por dios, es magnífica!
Felicitaciones por haber elegido tan lindo destino y haberlo descripto así!
Señor que cruz de viajeros, decir que la Laguna Azul es un sitio maravilloso, cuando es la mayor representación de "guiris" del mundo. Maravilloso el paisaje, las cascadas, la naturaleza, la isla entera, llena de magia, misterio, bellezón virgen ¡¡TIERRA DE HIELO Y FUEGO!! nunca en lo que me queda de vida olvidaré Islandia
ResponderEliminarHola. Evidentemente el paisaje islandés es impresionante y es el gran atractivo del país. Eso no quita que la Laguna Azul sea un sitio que merezca mucho la pena, aunque esté llena de turistas! Saludos.
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