Pisac y Chinchero
Nuestro último día en Cuzco fue un domingo y aprovechamos para visitar los mercados dominicales de Pisac y Chinchero, en el Valle Sagrado. Muchas agencias incluyen estos pueblos en sus tours por el Valle Sagrado, pero como en el mismo paquete incluyen Ollantaytambo, decidimos visitarlos por nuestra cuenta para no repetir Ollanta.
Para ir a Pisac hay que coger un microbús en la estación del Puente Grau de Cuzco. También se puede ir en taxi, pero el bus es mucho más barato (menos de un euro). Son micros abarrotados de gente en los que muchas veces te toca ir de pie y que van parando en todos los pueblos del camino, pero es toda una experiencia. Tardan más o menos un hora.
Ese día madrugamos y llegamos a Pisac muy pronto, sobre las 8.00 h. de la mañana. Primero decidimos visitar las ruinas incas, que se encuentran en lo alto de la montaña. Para llegar hay que coger un taxi, que nosotros compartimos con otra pareja española y nos salió a 1 euro por persona.
Las ruinas de Pisac son magníficas y desde lo alto de la montaña se obtienen buenas vistas del valle. Desde aquí se puede regresar al pueblo caminando en menos de una hora. Es un paseo agradable descendiendo la montaña y viendo más ruinas por el camino.
Al llegar a Pisac pronto te encuentras con los primeros puestecillos del mercado, siempre repleto de gente y de turistas. Hay montones de tiendas de artesanía, que venden cosas chulas como figuras, cuadros o tejidos. Más auténtica es la zona de los puestos de comida donde hay menos turistas y más gente autóctona.
Después de comer fuimos a Chinchero para ver su mercado. Primero hay que coger un autobús a Urubamba y allí hacer transbordo a otro bus para Chinchero. Se tarda bastante entre los dos trayectos (más de dos horas) así que cuando llegamos, vimos el mercado por los pelos porque ya empezaban a desmontar algunos puestos.
El mercado de Chinchero es mucho más pequeño que el de Pisac, pero el pueblo es más bonito y hay menos gente. Su iglesia blanca junto a los puestecillos de artesanía es encantadora. Eso sí, las ruinas incas de Chinchero son menos espectaculares que las de Pisac.
Para volver de Chinchero a Cuzco nos paró una furgoneta mientras esperábamos el autobús en la carretera. Nos llevó por 5 soles (poco más de un euro) y fue mucho más rápido que el bus.
Al llegar a Cuzco compramos algo de provisiones, recogimos las mochilas del hotel y nos fuimos en taxi a la estación de Cruz del Sur para coger un bus nocturno a Arequipa. Esa noche nos tocaba dormir en el bus.
Para ir a Pisac hay que coger un microbús en la estación del Puente Grau de Cuzco. También se puede ir en taxi, pero el bus es mucho más barato (menos de un euro). Son micros abarrotados de gente en los que muchas veces te toca ir de pie y que van parando en todos los pueblos del camino, pero es toda una experiencia. Tardan más o menos un hora.
Ese día madrugamos y llegamos a Pisac muy pronto, sobre las 8.00 h. de la mañana. Primero decidimos visitar las ruinas incas, que se encuentran en lo alto de la montaña. Para llegar hay que coger un taxi, que nosotros compartimos con otra pareja española y nos salió a 1 euro por persona.
Las ruinas de Pisac son magníficas y desde lo alto de la montaña se obtienen buenas vistas del valle. Desde aquí se puede regresar al pueblo caminando en menos de una hora. Es un paseo agradable descendiendo la montaña y viendo más ruinas por el camino.
Al llegar a Pisac pronto te encuentras con los primeros puestecillos del mercado, siempre repleto de gente y de turistas. Hay montones de tiendas de artesanía, que venden cosas chulas como figuras, cuadros o tejidos. Más auténtica es la zona de los puestos de comida donde hay menos turistas y más gente autóctona.
Después de comer fuimos a Chinchero para ver su mercado. Primero hay que coger un autobús a Urubamba y allí hacer transbordo a otro bus para Chinchero. Se tarda bastante entre los dos trayectos (más de dos horas) así que cuando llegamos, vimos el mercado por los pelos porque ya empezaban a desmontar algunos puestos.
El mercado de Chinchero es mucho más pequeño que el de Pisac, pero el pueblo es más bonito y hay menos gente. Su iglesia blanca junto a los puestecillos de artesanía es encantadora. Eso sí, las ruinas incas de Chinchero son menos espectaculares que las de Pisac.
Para volver de Chinchero a Cuzco nos paró una furgoneta mientras esperábamos el autobús en la carretera. Nos llevó por 5 soles (poco más de un euro) y fue mucho más rápido que el bus.
Al llegar a Cuzco compramos algo de provisiones, recogimos las mochilas del hotel y nos fuimos en taxi a la estación de Cruz del Sur para coger un bus nocturno a Arequipa. Esa noche nos tocaba dormir en el bus.
Venta de vegetales y frutas en el mercado de Pisac.
Los puestos de venta se amontonan en el suelo.
Vendiendo especias de colores.
Lugareños haciendo la compra.
Vista del mercado de Pisac.
Niños con una llama recién nacida.
Puestos de artesanía en Pisac.
Coloridas vasijas y platos.
Telas artesanas.
Rostro quechua.
Aquí empieza el mercado de Pisac al descender de las ruinas.
Inca Kola, la bebida nacional de Perú. Sabe a chicle.
La plaza central del mercado de Pisac.
Panorámica de Pisac desde las ruinas.
Puerta inca en las ruinas de Pisac.
Zona de templos en las ruinas de Pisac.
Antiguas terrazas de cultivo incas y valle de Pisac.
Más ruinas.
Las ruinas se extienden a lo largo del valle.
Mercado de Chinchero.
Un joven comerciante.
La iglesia de Chinchero sobre un antiguo muro inca.
Puesto de tejidos en Chinchero.
Atardecer en Chinchero.
MUY BUENA INFORMACION DETALLA Y MUY CLARA GRACIAS POR LA INFO
ResponderEliminar