Múnich

Sin quererlo ni beberlo, nos encontramos en Múnich. La mayoría habíamos pensado pasar la noche en alguna ciudad o pueblo de suiza, pero como fuimos a buen ritmo decidimos pasar de largo del país de los Alpes para acercarnos más a Praga. Fue a la altura de Múnich cuando decidimos parar, casi de noche.

Dejamos aparcada la furgoneta y después de encontrar sitio en un hostal céntrico del que no recuerdo el nombre, empezamos a beber jarras de cerveza en una terraza donde los bávaros del lugar hacían lo mismo. Comimos enormes salchichas con chucrut.

Al día siguiente aprovechamos para ver algo de la ciudad. La iglesia de Nuestra Señora con sus dos torres de punta redondeada es quizás la imagen más famosa de Múnich, una ciudad tranquila pese a tener más de un millón de habitantes. El centro está lleno de calles peatonales atravesadas por tranvías y parques para pasear. Nada que ver con el tráfico de Madrid o Barcelona.


Las dos torres de la iglesia de Nuestra Señora, en alemán Frauenkirche, al fondo. En primer plano, el Ayuntamiento.


Plaza céntrica en Múnich.


La Alte Pinakothek, uno de los grandes museos del mundo.


Agradables calles peatonales cruzan el centro de Múnich.


Los jardines de la Alte Pinakothek.


El centro está comunicado con varias líneas de tranvía.


Otra calle muniquesa.


Bicicletas aparcadas junto al metro.


El centro histórico es monumental.


Y como no... las jarras de litro de cerveza bávara.

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