El Cairo
El Cairo, la mayor ciudad de África, es una inmensa megalópolis con un área metropolitana que roza los 20 millones de habitantes y cuyos suburbios se extienden hasta perderse en el horizonte. Con un tráfico caótico y altos niveles de contaminación, la capital de Egipto es una urbe poco amable para el peatón, pero que esconde algunos rincones mágicos que conservan toda la esencia árabe de Oriente Próximo.
No obstante, el gran icono de El Cairo son las Pirámides de Guiza, antaño situadas en pleno de desierto y que en la actualidad han sido engullidas por el crecimiento sin límites de la ciudad, cuyos barrios llegan prácticamente hasta el complejo arqueológico, situado a unos 15 kilómetros del centro histórico de la capital.
Construidas hace más de 4.000 años, las pirámides de Keops, Kefrén y Micerino forman parte de la Necrópolis de Guiza, un extenso conjunto funerario en el que también se encuentra la famosa Gran Esfinge. Todas estas joyas arqueológicas se levantan sobre la meseta de Guiza, desde la que se divisa toda la ciudad de El Cairo.
La más grande es la Pirámide de Keops, la única de las siete maravillas del mundo antiguo que sigue en pie. Sus dimensiones son realmente espectaculares porque se alza 140 metros sobre la arena del desierto y cada uno de sus lados mide 230 metros en la base. De su gran tamaño te das cuenta cuando te sitúas en su base y ves los gigantescos bloques de piedra que la forman y por los que puedes trepar hasta la puerta de acceso.
Entrar a la pirámide de Keops no es apto para claustrofóbicos, pues se desciende por un estrecho pasillo que, además, suele estar abarrotado de turistas. Dentro no esperéis encontrar nada sorprendente, pero la sensación de estar dentro de un edificio milenario y tan enigmático como ese es indescriptible.
La pirámide de Keops guarda todavía infinidad de secretos que los arqueólogos aún investigan, pues se han detectado salas interiores a las que todavía no se ha podido acceder.
Algo más pequeña, pero también de dimensiones gigantescas, es la pirámide de Kefrén, que mide 136 metros y sus laterales llegan a los 215 metros en la base. Más modesta es la pirámide de Micerino, de 68 metros de altura.
A pocos metros de las tres pirámides se encuentra la Gran Esfinge, esculpida sobre la roca del desierto alrededor del año 2.500 ac. A pesar de haber perdido la nariz, ha resistido bien el paso de los siglos.
La visita a Guiza, que muestra todo el esplendor de la antigua Memfis, la capital del bajo Egipto en la época de los faraones, es espectacular a pesar de los cientos de turistas que te encontrarás por todos lados y de los insistentes vendedores que intentarán ofrecerte de todo.
Otro lugar imprescindible en El Cairo es el Museo Egipcio, que pese al expolio artístico que ha sufrido el país, guarda auténticas joyas como la máscara funeraria de Tutankamon, de oro macizo, su sarcófago y otros tesoros encontrados en la tumba de este joven faraón en el Valle de los Reyes de Luxor. En total, el museo alberga más de 130.000 piezas, la mayor colección del mundo de arte egipcio.
La capital egipcia está también llena de mezquitas. Una de las más famosas es la Mezquita de Alabastro, situada sobre una colina en la Ciudadela de El Cairo. Fue construida en el siglo XIX y sus esbeltos minaretes se ven desde muchos puntos de la ciudad. En los alrededores hay numerosos puestos de souvenirs y fábricas que trabajan con alabastro, un tipo de piedra parecida al mármol, pero mucho más blanda.
Para comprar recuerdos, no obstante, lo mejor (si te gustan las emociones fuertes) es perderte por los callejones del bazar más famoso de Egipto, Khan El Khalili, una locura de callejuelas en las que se vende prácticamente de todo y en las que uno puede aprender el milenario arte del regateo.
Mucho más tranquila es la isla de Gezira, en medio del Nilo, donde se extiende del barrio de Zamalek, una de las zonas más acomodadas de la ciudad, en la que residen numerosos extranjeros. Aquí está también el hotel Marriott, donde nos alojamos, y que ocupa parte del antiguo Palacio de Ismail Pachá, del siglo XIX: el hotel es espectacular y El Cairo es uno de los pocos sitios donde te puedes permitir dormir en un cinco estrellas superlujo.
En la isla de Gezira también se encuentra la Torre de El Cairo, que desde sus 180 metros de altura ofrece fabulosas vistas de 360 grados de la ciudad y del Nilo.
Otro lugar destacado es el barrio copto, en el que se pueden ver varias iglesias de esta comunidad cristiana que habita en Egipto desde los orígenes mismos del cristianismo. La más conocida es la Iglesia Colgante.
No obstante, el gran icono de El Cairo son las Pirámides de Guiza, antaño situadas en pleno de desierto y que en la actualidad han sido engullidas por el crecimiento sin límites de la ciudad, cuyos barrios llegan prácticamente hasta el complejo arqueológico, situado a unos 15 kilómetros del centro histórico de la capital.
Construidas hace más de 4.000 años, las pirámides de Keops, Kefrén y Micerino forman parte de la Necrópolis de Guiza, un extenso conjunto funerario en el que también se encuentra la famosa Gran Esfinge. Todas estas joyas arqueológicas se levantan sobre la meseta de Guiza, desde la que se divisa toda la ciudad de El Cairo.
La más grande es la Pirámide de Keops, la única de las siete maravillas del mundo antiguo que sigue en pie. Sus dimensiones son realmente espectaculares porque se alza 140 metros sobre la arena del desierto y cada uno de sus lados mide 230 metros en la base. De su gran tamaño te das cuenta cuando te sitúas en su base y ves los gigantescos bloques de piedra que la forman y por los que puedes trepar hasta la puerta de acceso.
Entrar a la pirámide de Keops no es apto para claustrofóbicos, pues se desciende por un estrecho pasillo que, además, suele estar abarrotado de turistas. Dentro no esperéis encontrar nada sorprendente, pero la sensación de estar dentro de un edificio milenario y tan enigmático como ese es indescriptible.
La pirámide de Keops guarda todavía infinidad de secretos que los arqueólogos aún investigan, pues se han detectado salas interiores a las que todavía no se ha podido acceder.
Algo más pequeña, pero también de dimensiones gigantescas, es la pirámide de Kefrén, que mide 136 metros y sus laterales llegan a los 215 metros en la base. Más modesta es la pirámide de Micerino, de 68 metros de altura.
A pocos metros de las tres pirámides se encuentra la Gran Esfinge, esculpida sobre la roca del desierto alrededor del año 2.500 ac. A pesar de haber perdido la nariz, ha resistido bien el paso de los siglos.
La visita a Guiza, que muestra todo el esplendor de la antigua Memfis, la capital del bajo Egipto en la época de los faraones, es espectacular a pesar de los cientos de turistas que te encontrarás por todos lados y de los insistentes vendedores que intentarán ofrecerte de todo.
Otro lugar imprescindible en El Cairo es el Museo Egipcio, que pese al expolio artístico que ha sufrido el país, guarda auténticas joyas como la máscara funeraria de Tutankamon, de oro macizo, su sarcófago y otros tesoros encontrados en la tumba de este joven faraón en el Valle de los Reyes de Luxor. En total, el museo alberga más de 130.000 piezas, la mayor colección del mundo de arte egipcio.
La capital egipcia está también llena de mezquitas. Una de las más famosas es la Mezquita de Alabastro, situada sobre una colina en la Ciudadela de El Cairo. Fue construida en el siglo XIX y sus esbeltos minaretes se ven desde muchos puntos de la ciudad. En los alrededores hay numerosos puestos de souvenirs y fábricas que trabajan con alabastro, un tipo de piedra parecida al mármol, pero mucho más blanda.
Para comprar recuerdos, no obstante, lo mejor (si te gustan las emociones fuertes) es perderte por los callejones del bazar más famoso de Egipto, Khan El Khalili, una locura de callejuelas en las que se vende prácticamente de todo y en las que uno puede aprender el milenario arte del regateo.
Mucho más tranquila es la isla de Gezira, en medio del Nilo, donde se extiende del barrio de Zamalek, una de las zonas más acomodadas de la ciudad, en la que residen numerosos extranjeros. Aquí está también el hotel Marriott, donde nos alojamos, y que ocupa parte del antiguo Palacio de Ismail Pachá, del siglo XIX: el hotel es espectacular y El Cairo es uno de los pocos sitios donde te puedes permitir dormir en un cinco estrellas superlujo.
En la isla de Gezira también se encuentra la Torre de El Cairo, que desde sus 180 metros de altura ofrece fabulosas vistas de 360 grados de la ciudad y del Nilo.
Otro lugar destacado es el barrio copto, en el que se pueden ver varias iglesias de esta comunidad cristiana que habita en Egipto desde los orígenes mismos del cristianismo. La más conocida es la Iglesia Colgante.
La Gran Esfinge y las Pirámides de Guiza.
Panorámica de las Pirámides de Guiza, con El Cairo al fondo.
La gran Pirámide de Keops.
La Pirámide Keops es inmensa.
La Gran Esfinge.
Vistas de El Cairo desde Guiza.
La máscara funeraria de Tutankamon, en el Museo Egipcio.
Interior del Museo Egipcio.
Mezquita de Alabastro.
Interior de la mezquita de Alabastro.
Panorámica desde la Torre de El Cairo, en la isla de Gezira.
Bazar Khan El Khalili.
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