Cesky Krumlov

Cesky Krumlov, un pueblo de cuento de hadas.


Cesky Krumlov es el típico pueblo medieval que parece sacado de un cuento de hadas, con sus casitas de colores, un castillo en lo alto de una colina y un laberinto de callejuelas empedradas, todo ello rodeado por el río Moldava, que envuelve la villa como si la estuviera abrazando. Muchos lo consideran el pueblo más bonito de la República Checa y desde luego que tiene argumentos para ello. A nosotros nos encantó y dormimos aquí tres noches, porque además de visitar el pueblo se pueden hacer muchas actividades por la zona.

Después de pasar unos días en Praga, recogimos nuestro coche de alquiler en el aeropuerto de la capital checa y pusimos rumbo al sur de Bohemia para ir a Cesky Krumlov, que se encuentra muy cerca de la frontera con Austria. Según Google Maps se tardan dos horas y cuarto en llegar, pero la verdad es que tardamos tres horas porque las obras en la carretera y los atascos son bastante habituales en Chequia.

El centro histórico de Cesky Krumlov es Patrimonio de la Humanidad y lo mejor que se puede hacer es disfrutar de sus calles explorando todos los rincones y paseando por el laberinto que forma la ciudad vieja. Hay muchos bares y restaurantes, con animadas terrazas para tomar algo escuchando el sonido del río al atardecer.

Desde cualquier lugar del pueblo se divisa el castillo de Cesky Krumlov, con su gran torre circular sirviendo como principal punto de referencia. El castillo original data del siglo XIII, aunque ha sufrido múltiples reformas que le dan el ecléctico aspecto actual. Vale la pena subir hasta el castillo para obtener las mejores panorámicas del pueblo porque desde aquí se ve perfectamente como el río Moldava envuelve el casco antiguo y dibuja una postal de cuento. En la entrada del castillo hay un foso con dos osos pardos, que seguro les gustará ver a los niños.

La torre del castillo es el punto más elevado de Cesky Krumlov.


Cesky Krumlov.


El río Moldava, a su paso por Cesky Krumlov.


El castillo de Cesky Krumlov junto al río.


Cesky Krumlov.


Cesky Krumlov.


Castillo de Cesky Krumlov.


Osos en el foso del castillo.


Cesky Krumlov.


Cesky Krumlov.


Cesky Krumlov.


Cesky Krumlov.


Cesky Krumlov.


La actividad más popular en Cesky Krumlov es hacer kayak por el río. De hecho, paseando por sus calles veréis a un montón de gente remando por el Moldava y es que la mayoría de los circuitos empiezan río arriba y terminan en el pueblo. Hay varias agencias que alquilan kayaks y te llevan en furgoneta hasta el punto de inicio del recorrido. Se pueden elegir distintas distancias en función de las ganas que tengas de remar, aunque es un recorrido muy sencillo en el que la corriente te va empujando todo el rato y no hay que hacer demasiado esfuerzo.

Nosotros elegimos uno que se podía hacer en dos horas, pero en realidad puedes tirarte todo el día con el kayak porque puedes ir parando en muchos sitios para bañarte o para comer algo. Lo ideal es llevarte comida y dedicarle toda una mañana o una tarde porque es muy entretenido y si vais con niños disfrutarán un montón. Lo más divertido de estos circuitos es que hay que superar varias presas durante el recorrido y para ello hay que lanzarse a toda velocidad con el kayak por unas rampas de agua habilitadas para ello. Es el momento de mayor adrenalina y el que más les gustará a los peques.

Hacer kayak en Cesky Krumlov les encanta a los checos y veréis a gente de todo tipo remando: familias con niños, excursionistas, grupos de escolares o jóvenes haciendo botellón, pero el ambiente es muy bueno. Es fácil que te disparen con pistolas de agua desde otros kayaks porque algunos van preparados para todo. Es importante llevar crema solar y mucha agua, porque el sol pica bastante. Las agencias de alquiler también te dan un bidón estanco para guardar la comida o los móviles sin riesgo de que se mojen.

Haciendo kayak en Cesky Krumlov.


Remando por el Moldava.


Nuestros dos peques, bañándose en el río.


Bajando una de las presas que hay que superar a lo largo del recorrido.


Otro kayak pasando la presa.


Llegando a Cesky Krumlov.


Bares para tomar algo junto al río.


Nuestra barca, aparcada al final del recorrido.


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