Tortuguero

Tortuguero es un diminuto pueblo situado en la costa caribeña de Costa Rica al que solo se puede llegar en barco. Vale la pena desprenderse del coche de alquiler antes de visitar este lugar o, si se acaba de aterrizar en San José, visitarlo al principio antes de alquilar un coche para recorrer el país. De lo contrario, se pagarán días de alquiler y de parking solo para dejar el coche aparcado en el embarcadero de La Pavona, desde donde parten las barcas a Tortuguero.

Nosotros devolvimos el coche de alquiler en San José y pusimos rumbo a Tortuguero en transporte público. Primero hay que coger un autobús a Cariari, que tarda una hora y media (1.700 colones) y allí coger otro autobús hasta el embarcadero de La Pavona, que tarda una hora (1.100 colones).

El trayecto en barca desde La Pavona a Tortuguero dura otra hora y cuesta 2.000 colones. Los horarios de las embarcaciones son muy confusos y la desorganización entre los barqueros es absoluta. La mayoría son barcas privadas de hoteles, que solo llevan a sus clientes, pero, con un poco de paciencia, siempre se acaba encontrando hueco en una de las barcas públicas. El trayecto por los canales hasta el pueblo de Tortuguero es muy pintoresco.



Estación de autobuses de Cariari.



Un vistazo al pueblo de Cariari.



Embarcadero de La Pavona.



Rumbo a Tortuguero.

VÍDEO: Viaje en barca a Tortuguero.

Llegando a Tortuguero.



¡Bienvenidos a Tortuguero!


El pueblo de Tortuguero se encuentra en un estrecho istmo de tierra, bañado a un lado por el mar Caribe y al otro, por los canales de Tortuguero. En sus calles sin asfaltar no hay coches porque todo el transporte se realiza en barca o en bicicleta, algo que ayuda a crear una atmósfera relajada y agradable.

Eso sí, al contrario que en el resto de Costa Rica, donde la temporada alta coincide con la estación seca (entre diciembre y abril), aquí la temporada alta abarca los meses de julio y agosto, coincidiendo con la época de tortugas, cuando todas las noches centenares de estos quelonios acuden a desovar a las playas cercanas a Tortuguero. Es un dato a tener en cuenta porque el pueblo es muy pequeño y todos sus hoteles se llenan con rapidez, así que no es mala idea reservar con antelación en fechas veraniegas.

La playa de Tortuguero, de arena negra, es muy pintoresca, aunque no es recomendable adentrarse mucho en el agua debido a las fuertes corrientes y a los tiburones, que suelen merodear por estas aguas atraídos por las tortugas.

Nosotros nos alojamos en el hotel La Casona, con vistas al campo de fútbol, donde la habitación doble con baño privado y desayuno nos costó 35 dólares. No tiene aire acondicionado, solo ventilador, y es un establecimiento sencillo, como la mayoría de hoteles del pueblo. Si se buscan lujos hay que apostar por alguno de los resorts que se encuentran fuera del pueblo, en los alrededores del parque nacional de Tortuguero.



Calle del pueblo de Tortuguero.



Otra calle del pueblo.



Paseando por Tortuguero.



Mural en una fachada de Tortuguero.



Tortuguero.



Vistas al canal de Tortuguero.



Calle principal de Tortuguero.



Restaurante con terraza.



La diminuta iglesia de Tortuguero.



Campo de fútbol de Tortuguero, junto al Caribe.

VÍDEO: Partido de fútbol femenino bajo la lluvia.

La habitación de nuestro hotel, La Casona.



Playa de Tortuguero.



Arena negra en la playa.



Las corrientes son muy peligrosas en las playas de Tortuguero.


La gran atracción de Tortuguero es ver el desove de las tortugas marinas, una experiencia inolvidable sobre todo cuando te encuentras con el primero de estos gigantescos animales de más de un metro de largo varado en la arena. Está prohibido hacer esta excursión por libre y hay que contratar obligatoriamente un tour en algún hotel de Tortuguero. La excursión se realiza de noche, hay que llevar linterna, dura unas dos horas y cuesta 20 dólares por cabeza. Está prohibido llevar cámaras para evitar que los flashes asusten a las tortugas, así que no hay fotos para ilustrar esta excursión.

El tour consiste en caminar un rato por los senderos cercanos a la playa de Tortuguero, en grupos de unas diez personas, y esperar agazapados hasta que los guardas del parque nacional den permiso a tu grupo para acceder a la playa. Eso quiere decir que hay una tortuga desovando y el grupo puede acercarse hasta el nido para observar el proceso.

Cuando las tortugas están desovando se encuentran en un estado de trance en el que no se enteran de nada y el guía puede, incluso, levantarles una pata para observar mejor cómo deposita sus huevos en la arena. El momento más delicado es anterior, cuando la tortuga sale del mar para buscar un lugar donde desovar, porque en esos instantes cualquier ruido puede asustarla y hacerla regresar al mar.

Una vez puestos sus huevos, la tortuga sale del trance, pero, aunque nota la presencia humana a su alrededor, no regresa al mar hasta que ha enterrado completamente sus huevos. Todo el proceso se puede observar a la perfección hasta acompañar a la tortuga, pasito a pasito, en su regreso al mar.

La observación de las tortugas es aleatoria y podría darse el caso de no ver ninguna esa noche, pero en los meses de julio y agosto suele ser una experiencia prácticamente asegurada. De hecho, nosotros vimos esa noche a decenas de tortugas llegando a las costas de Tortuguero.

Otra excursión imprescindible es recorrer en barca los canales de Tortuguero para observar animales de cerca y contemplar su exuberante vegetación. Nosotros contratamos este tour en el hotel Casa Marbella, que dispone de una barca con motor eléctrico para no asustar a los animales con el ruido. Cuesta 20 dólares y dura 2 horas. Hay que pagar, aparte, la entrada al parque nacional, que cuesta 10 dólares.

Otros hoteles ofrecen la posibilidad de hacer esta excursión en canoas de remos, también silenciosas, pero que obligan a ejercitar un poco los bíceps. Las canoas, al ser más pequeñas, tienen la ventaja de poder acceder a los canales más estrechos, pero con la barca a motor se puede llegar a lugares más alejados.

Durante la excursión vimos caimanes, cocodrilos, nutrias, perezosos, iguanas y varias especies de monos, además de infinidad de aves de todos los colores y tamaños.



Excursión en barca por los canales de Tortuguero.



Una nutria.



Parque nacional de Tortuguero.



Un mono araña haciendo acrobacias.



Mono araña zampando.



Basilisco.



Seguimos navegando por el parque nacional de Tortuguero.



Precioso ejemplar de iguana.



Una exuberante vegetación rodea los canales de Tortuguero.



Un caimán escondido entre la maleza.



En laberinto de canales forma el parque nacional de Tortuguero.



Oso hormiguero.



Pájaro tomando el sol.



Perezoso.



Tortuga de agua dulce, mucho más pequeñas que las marinas, que acuden a desovar por las noches.



Uno de los principales canales del parque nacional.



Regresando a Tortuguero.


También se puede pasear por libre por el parque nacional de Tortuguero, que cuenta con un sendero de unos tres kilómetros paralelo a la playa, que discurre por el interior de la selva. El terreno suele estar embarrado o, directamente, inundado, así que hace falta llevar botas de agua. La mayoría de hoteles las prestan gratis, pero también se pueden alquilar en la entrada del parque. Por el camino se pueden ver monos y otros animales para luego regresar al pueblo por la oscura playa de Tortuguero. La entrada al parque cuesta 10 dólares, pero sirve la que se ha pagado antes para hacer el tour de los canales.



Caminando por el sendero del parque nacional de Tortuguero.



Estas marcas indican el camino a seguir.



Basilisco macho.



Llegamos al final del sendero habilitado para los turistas.



De regreso al pueblo, por la preciosa playa de Tortuguero.



Otro vistazo a la extensa y oscura playa de Tortuguero.



Las tortugas marinas dejan estas marcas en la arena después de acudir a desovar por las noches.



Más huellas de tortugas marinas en la playa.



Y aquí un nido donde una tortuga ha enterrado sus huevos por la noche.



En la playa hay muchos buitres, que buscan los huevos de las tortugas.



Aquí vemos la silueta de dos buitres sobre la palmera.



Un último vistazo a la playa de Tortuguero.


Después de pasar dos noches en Tortuguero nos fuimos hacia la zona de Puerto Viejo y Cahuita. Para salir de Tortuguero contratamos el traslado en barco hasta Moín, en Puerto Limón, en lugar de deshacer el camino de la ida por La Pavona.

Aunque el trayecto de tres horas hasta Moín es caro, cuesta 30 dólares, se ahorra mucho tiempo si se tiene intención de continuar el viaje por la costa caribeña del sur de Costa Rica. Además, es muy recomendable porque por el camino se puede volver a disfrutar del fantástico paisaje de los canales de Tortuguero, viendo cocodrilos y otros animales en las orillas.

La barca que nos llevó a Moín para salir de Tortuguero.



Rumbo a Moín.



Cocodrilo en la orilla, de camino a Moín.



Otro cocodrilo a punto de meterse en al agua.



Paisaje de camino a Moín.



Una cría de cocodrilo descansa sobre un tronco.



Llegando a Moín.