Plovdiv
Desde Sozopol a Plovdiv hay 300 kilómetros, pero se cubren relativamente rápido porque una vez pasado Burgas casi todo el trayecto es por autopista. Hay algunos tramos donde todavía está en construcción, pero estará terminada en breve para comunicar Sofía y Plovdiv con el mar Negro por vía rápida.
Viñedos, de camino a Plovdiv.
Plovdiv es la segunda ciudad más grande de Bulgaria y una de las más atractivas del país. Su centro histórico, formado por destartaladas callejuelas empedradas, se extiende sobre las faldas de la colina Nebet Tepe, donde los antiguos tracios levantaron el primer asentamiento sobre el año 5.000 ac. Plovdiv es una de las ciudades más antiguas de Europa que han estado habitadas de forma ininterrumpida hasta nuestros días.
El antiguo asentamiento tracio, conocido como Eumolpias, fue conquistado por el padre de Alejandro Magno, el rey Filipo II de Macedonia, que fortificó y renombró la ciudad como Filipopolis. Las ruinas de Eumolpias y Filipopolis todavía son visibles en lo alto de la colina Nebet Tepe, que también ofrece fabulosas panorámicas de la ciudad.
Plovdiv es la segunda ciudad más grande de Bulgaria y una de las más atractivas del país. Su centro histórico, formado por destartaladas callejuelas empedradas, se extiende sobre las faldas de la colina Nebet Tepe, donde los antiguos tracios levantaron el primer asentamiento sobre el año 5.000 ac. Plovdiv es una de las ciudades más antiguas de Europa que han estado habitadas de forma ininterrumpida hasta nuestros días.
El antiguo asentamiento tracio, conocido como Eumolpias, fue conquistado por el padre de Alejandro Magno, el rey Filipo II de Macedonia, que fortificó y renombró la ciudad como Filipopolis. Las ruinas de Eumolpias y Filipopolis todavía son visibles en lo alto de la colina Nebet Tepe, que también ofrece fabulosas panorámicas de la ciudad.
Desde la colina también se divisan fábricas en la zona industrial de Plovdiv.
Durante la época romana Plovdiv, renombrada como Trimontim, se convirtió en la capital de la provincia imperial de Tracia y experimentó un importante desarrollo económico y también arquitectónico, cuyo legado ha llegado hasta nuestros días. Destaca el Teatro Romano, construido en el siglo II en un deslumbrante mármol blanco. Tenía capacidad para 6.000 espectadores y en la actualidad ha sido acondicionado para que se continúen realizando espectáculos. La entrada cuesta 5 levas (2,5 euros).
El Foro Romano se extiende junto a la gran plaza Tsentralen, que fue uno de los centros de la vida política y administrativa durante la época comunista. El contraste entre las ruinas romanas y algunos edificios de estilo soviético es prácticamente único en el mundo. En un extremo del Foro se encuentra el Odeón, un pequeño anfiteatro de mármol.
Durante la época romana Plovdiv, renombrada como Trimontim, se convirtió en la capital de la provincia imperial de Tracia y experimentó un importante desarrollo económico y también arquitectónico, cuyo legado ha llegado hasta nuestros días. Destaca el Teatro Romano, construido en el siglo II en un deslumbrante mármol blanco. Tenía capacidad para 6.000 espectadores y en la actualidad ha sido acondicionado para que se continúen realizando espectáculos. La entrada cuesta 5 levas (2,5 euros).
El Foro Romano se extiende junto a la gran plaza Tsentralen, que fue uno de los centros de la vida política y administrativa durante la época comunista. El contraste entre las ruinas romanas y algunos edificios de estilo soviético es prácticamente único en el mundo. En un extremo del Foro se encuentra el Odeón, un pequeño anfiteatro de mármol.
Pintores en la plaza Tsentralen.
Además de las ruinas romanas, Plovdiv ofrece un pintoresco casco antiguo repleto de cuestas y bellos rincones. Destaca la iglesia de San Constantino y Santa Elena, decorada con coloridos frescos del siglo XIX, y la de Sveta Bogoroditsa. En el centro histórico hay muchas casas tradicionales con fachadas de madera y algunas se pueden visitar porque han sido transformadas en museos.
Otro edificio notable es la Mezquita de Dzhumaya, que data del siglo XV y es una de las más antiguas de la región de los Balcanes. Luce un esbelto minarete de 23 metros de altura. Frente a la mezquita se pueden apreciar las ruinas de lo que en su día fue un antiguo Estadio Romano.
Desde esta plaza, siguiendo la calle peatonal Rayko Daskalov, se llega al río Maritsa y a un vetusto puente peatonal pintado con los colores de la bandera búlgara, que atraviesa sus aguas. Vale la pena cruzarlo para ver las anticuadas tiendas de su interior.
En las calles del centro de Plovdiv hay muchas tabernas tradicionales, muy animadas en verano cuando montan terrazas en la calle. Algunas permanecen cerradas en invierno, pero incluso en esta época se pueden encontrar buenos sitios para comer. Nosotros cenamos en la taberna Dayana, cerca de la plaza Stambolov, y comimos muy bien.
Nos alojamos en el hotel Renaissance, un pequeño establecimiento situado en una antigua mansión de Plovdiv, en el centro histórico. Es un poco caro, pero muy pintoresco, con habitaciones de madera y muebles tradicionales. La doble con desayuno nos costó 100 levas (50 euros). Tiene wifi gratis y se puede aparcar en la puerta.
Además de las ruinas romanas, Plovdiv ofrece un pintoresco casco antiguo repleto de cuestas y bellos rincones. Destaca la iglesia de San Constantino y Santa Elena, decorada con coloridos frescos del siglo XIX, y la de Sveta Bogoroditsa. En el centro histórico hay muchas casas tradicionales con fachadas de madera y algunas se pueden visitar porque han sido transformadas en museos.
Otro edificio notable es la Mezquita de Dzhumaya, que data del siglo XV y es una de las más antiguas de la región de los Balcanes. Luce un esbelto minarete de 23 metros de altura. Frente a la mezquita se pueden apreciar las ruinas de lo que en su día fue un antiguo Estadio Romano.
Desde esta plaza, siguiendo la calle peatonal Rayko Daskalov, se llega al río Maritsa y a un vetusto puente peatonal pintado con los colores de la bandera búlgara, que atraviesa sus aguas. Vale la pena cruzarlo para ver las anticuadas tiendas de su interior.
En las calles del centro de Plovdiv hay muchas tabernas tradicionales, muy animadas en verano cuando montan terrazas en la calle. Algunas permanecen cerradas en invierno, pero incluso en esta época se pueden encontrar buenos sitios para comer. Nosotros cenamos en la taberna Dayana, cerca de la plaza Stambolov, y comimos muy bien.
Nos alojamos en el hotel Renaissance, un pequeño establecimiento situado en una antigua mansión de Plovdiv, en el centro histórico. Es un poco caro, pero muy pintoresco, con habitaciones de madera y muebles tradicionales. La doble con desayuno nos costó 100 levas (50 euros). Tiene wifi gratis y se puede aparcar en la puerta.
Nuestra cena en la taberna Dayana.
Impresionante
ResponderEliminarhe viajado por lugares lejanos, pero esta zona del mundo que nos traes me parece aun mas lejana y desconocida
un placer leerte
abrazos
Gracias Bleid. La verdad es que Plovdiv fue uno de los lugares que más nos gustaron en la ruta por Bulgaria. Una ciudad muy animada. No dejes de incluirla en tu ruta cuando vayas a Bulgaria. Un abrazo!
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