Monasterio de Rila
Para ir desde Plovdiv al Monasterio de Rila hay que atravesar la vertiente norte de las Montañas de Rila, donde se encuentra el Monte Musala, la cumbre más alta de los Balcanes con 2.925 metros. La carretera asciende un elevado puerto de montaña y pasa muy cerca de la estación de esquí de Borovets, una de las más grandes de Bulgaria.
Luego hay que descender para volver a subir por la vertiente sur de las Montañas de Rila, donde se encuentra el monasterio. En total son unos 200 km, pero se tarda más de tres horas en llegar porque las carreteras están llenas de curvas.
Atravesando las montañas de Rila.
El Monasterio de Rila, el principal reclamo turístico de Bulgaria, se encuentra a más de 1.000 metros de altura, en medio de un frondoso paisaje de pinos y abetos. Se fundó en el siglo X, aunque fue reconstruido prácticamente en su totalidad en el XIX después de que un devastador incendio acabara con los edificios originales.
La entrada es gratuita y solo hay que pagar 4 levas (2 euros) para dejar el coche en el parking. La persistente lluvia que nos acompañó durante la visita no le restó atractivo al monasterio e incluso ayudó a verlo sin aglomeraciones de turistas.
El claustro interior, rodeado por sus coloridas balconadas y presidido por la iglesia de la Natividad, es espectacular y todo un remanso de paz, al menos en un día de invierno con lluvia. También destaca la Torre Hreliova, que data del siglo XIV y es la única construcción que sobrevivió al incendio de 1833. También se pueden visitar las cocinas, pero estaban cerradas por obras, y un par de museos.
El Monasterio de Rila es una visita imprescindible en todo viaje a Bulgaria, aunque tampoco se tarda demasiado en verlo. Detrás hay una pequeña tienda donde venden tortas y otros dulces típicos del monasterio. También hay algunos restaurantes donde nos comimos un par de truchas, uno de los platos típicos de la zona.
Torre Hreliova, la construcción más antigua del monasterio.
Una vez visitado el monasterio se puede seguir ascendiendo la carretera, que se adentra en el Parque Nacional de Rila siguiendo el curso del río Rilska. En verano y con buen tiempo se pueden hacer muchas excursiones por la montaña, pero en invierno pronto tuvimos que darnos la vuelta porque la nieve empezaba a invadir la estrecha carretera.
Para dormir por la zona hay varios campings y bungalows a lo largo de la carretera que asciende hasta el monasterio. Otra opción es dormir en el pueblo de Rila, situado al principio del puerto, a unos 20 km del monasterio. En invierno la mayoría de estos alojamientos están cerrados y no había demasiado ambiente, así que decidimos ir hasta la ciudad de Blagoevgrad, a unos 40 km del monasterio.
Adelantando a un carro, ya de camino a Blagoevgrad.
Blagoevgrad es una pequeña ciudad universitaria, de apenas 70.000 habitantes, pero repleta de bares, terrazas y restaurantes gracias a los más de 15.000 estudiantes que alberga. Además de la importante universidad estatal, la ciudad cuenta con una universidad americana, que recibe a un gran número de estudiantes extranjeros. Si se busca un poco de animación después de visitar el Monasterio de Rila, Blagoevgrad es un buen lugar para alojarse.
Desde Blagoevgrad a Sofía hay 100 km siguiendo la carretera nacional 1, la vía que comunica la capital búlgara con la frontera griega. Se tardan unas dos horas en llegar porque es una carretera con mucho tráfico, aunque se está construyendo una autopista, que hará el trayecto mucho más rápido.
Las carreteras búlgaras están llenas de carteles publicitarios.
Vaya maravilla
ResponderEliminardesde luego lo que nos estais enseñando de Bulgaria es alucinante
un abrazo
Gracias Bleid. Bulgaria esconde muchas sorpresas y además es un destino muy económico. Recomendable. Un abrazo!
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