Varna
De Veliko Tarnovo a Varna hay 220 km, unas 3 o 4 horas de viaje. La carretera está llena de curvas y sube algún que otro puerto antes de llegar a Shumen, ciudad situada más o menos a mitad de camino. A partir de aquí empieza la autopista hasta Varna y el trayecto es más rápido.
Carretera hacia Varna.
Por el camino paramos en el pueblo de Madara, situado poco después de pasar Shumen, para ver el famoso Caballo de Madara, un relieve tallado en el acantilado de una montaña que representa a un caballero matando a un león y que data del siglo VIII. Sin embargo, nos quedamos con las ganas de verlo porque la espesa niebla lo engulló por completo. El resultado de nuestra observación fue éste:
...y así tendríamos que haberlo visto con sol (Foto: Wikipedia).
Fracasado nuestro intento de vislumbrar el caballo de las narices, continuamos rumbo hacia Varna donde llegamos prácticamente al mediodía. La entrada a la ciudad estaba totalmente colapsada por obras y tuvimos que dar varios rodeos por desvíos alternativos a través de barriadas muy deprimidas. La broma nos costó casi otra hora de viaje antes de llegar al centro histórico.
Preguntamos en varios hoteles económicos, pero unos estaban completos y otros no tenían parking, algo imprescindible para alojarse en el centro de Varna donde es imposible aparcar en sus estrechas callejuelas repletas de coches. Sin ganas de seguir buscando, acabamos alojándonos en el Panorama Hotel, seguramente uno de los más caros de la ciudad. La doble con desayuno, parking y wifi nos costó 70 euros. Por suerte, solo iba a ser una noche. Eso sí, tenía estupendas vistas del mar Negro.
Vistas del Mar Negro desde la habitación del hotel.
Varna es la tercera ciudad más poblada de Bulgaria y el principal puerto del país, pero sus atractivos turísticos son escasos. Las Termas Romanas del siglo II son, quizás, el lugar más interesante, aunque no están muy bien conservadas (entrada 4 levas = 2 euros). En peor estado se encuentran los Baños Romanos, de los que solo quedan cuatro piedras cubiertas de maleza en una plaza cercana al puerto.
Otro lugar destacado es la Catedral de la Asunción, de finales del siglo XIX. Es el segundo mayor templo de Bulgaria por detrás de la iglesia de Aleksander Nevski de Sofía.
En el centro histórico hay varias calles peatonales, muy destartaladas, pero agradables para pasear. También invita al paseo el parque Primorski, que se extiende junto al mar durante varios kilómetros. Desde el parque se puede descender a la playa de Varna, donde se amontonan decenas de bares y discotecas veraniegas.
En pleno mes de marzo todos estos chiringuitos playeros estaban en un estado de semiabandono, pero se supone que en verano funcionan a pleno rendimiento. A falta de atractivos de turísticos, Varna tiene fama de ser una ciudad con mucho ambiente en verano, aunque durante los meses de invierno está bastante muerta. El restaurante Pri Monahinite, situado en una vieja iglesia cerca del mar, es un buen lugar para cenar.
Pan y vino, en el restaurante Pri Monahinite.
Imprsionante lugar
ResponderEliminarme ha encantado
un abrazo
Gracias Bleid. Si vas, mejor en verano para disfrutar de la playita y su ambiente nocturno. Saludos!
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