Arusha
Desde la aldea de Karatu a Arusha solo se tardan un par de horas. En realidad la última noche en Karatu es totalmente prescindible porque desde el cráter del Ngorongoro se puede llegar a Arusha perfectamente en tres horas y así te ahorras el precio de una noche de safari.
Nosotros llegamos a Arusha sobre las 11 de la mañana y Dickson nos dejó en el hotel Le Jacaranda, que habíamos reservado por internet. La doble con baño y desayuno nos costó 55 dólares. Es un hotel agradable situado a las afueras de la ciudad con un buen restaurante y un frondoso jardín con minigolf.
Nos despedimos de Dickson y Alí y les dimos 30 dólares de propina a cada uno. Alí, que era un tío muy majo, nos lo agradeció, pero Dickson, mucho más tosco, nos miró con cara de decir "con esta mierda no tengo ni para pipas".
Después de comer nos fuimos a pasear por Arusha, la capital del safari en Tanzania y la ciudad más importante del norte del país. La principal arteria de la ciudad es Old Moshi road, que luego se transforma en Sokoine road, y la atraviesa de este a oeste. En torno a esta congestionada calle se concentran los principales comercios, bancos y servicios de Arusha.
La torre del reloj es, quizás, su monumento más destacado y, según nos contó Dickson, marca la mitad exacta del camino entre El Cairo y Johannesburgo. Tampoco hay que dejar de visitar alguno de sus coloridos mercados.
El clima de Arusha, que se levanta a 1.300 metros de altitud, es fresco y húmedo, ideal para las plantaciones de café y plátanos que se extienden por sus alrededores.
Al día siguiente fuimos al aeropuerto Kilimanjaro para coger el avión a Zanzíbar. El transfer hasta el aeropuerto, situado a unos 40 km de Arusha, lo contratamos en el hotel por 50 dólares. Seguramente se puede encontrar un mejor precio parando un taxi por la calle.
El vuelo lo habíamos reservado con fly540 por 147 dólares. Salió puntual y en poco más de una hora aterrizamos en el aeropuerto de Stone Town, en Zanzíbar.
Carretera de camino a Arusha.
Cruzando un pequeño pueblo en dirección a Arusha.
Grandes árboles flanquean la carretera al llegar a Arusha.
Nosotros llegamos a Arusha sobre las 11 de la mañana y Dickson nos dejó en el hotel Le Jacaranda, que habíamos reservado por internet. La doble con baño y desayuno nos costó 55 dólares. Es un hotel agradable situado a las afueras de la ciudad con un buen restaurante y un frondoso jardín con minigolf.
Nuestra habitación en el hotel Le Jacaranda.
Interior de la habitación.
Nos despedimos de Dickson y Alí y les dimos 30 dólares de propina a cada uno. Alí, que era un tío muy majo, nos lo agradeció, pero Dickson, mucho más tosco, nos miró con cara de decir "con esta mierda no tengo ni para pipas".
Después de comer nos fuimos a pasear por Arusha, la capital del safari en Tanzania y la ciudad más importante del norte del país. La principal arteria de la ciudad es Old Moshi road, que luego se transforma en Sokoine road, y la atraviesa de este a oeste. En torno a esta congestionada calle se concentran los principales comercios, bancos y servicios de Arusha.
La torre del reloj es, quizás, su monumento más destacado y, según nos contó Dickson, marca la mitad exacta del camino entre El Cairo y Johannesburgo. Tampoco hay que dejar de visitar alguno de sus coloridos mercados.
Calle principal de Arusha.
Vendiendo fruta en la calle.
Paseando por Arusha.
La Torre del Reloj.
Otra destartalada calle de Arusha.
Mercado de Arusha.
Casi todos los puestos del mercado se montan en el suelo.
La ropa se expone en carros.
Al fondo se levanta el monumento Uhuru.
Foto de boda en un jardín de Arusha.
VÍDEO: Cruzando Arusha
El clima de Arusha, que se levanta a 1.300 metros de altitud, es fresco y húmedo, ideal para las plantaciones de café y plátanos que se extienden por sus alrededores.
Plantación de café en los alrededores de Arusha.
Y aquí una plantación de plátanos.
Al día siguiente fuimos al aeropuerto Kilimanjaro para coger el avión a Zanzíbar. El transfer hasta el aeropuerto, situado a unos 40 km de Arusha, lo contratamos en el hotel por 50 dólares. Seguramente se puede encontrar un mejor precio parando un taxi por la calle.
El vuelo lo habíamos reservado con fly540 por 147 dólares. Salió puntual y en poco más de una hora aterrizamos en el aeropuerto de Stone Town, en Zanzíbar.
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