Salzburgo
Salzburgo es seguramente la ciudad más bonita de Austria y también la más turística. La cuna de Mozart está atravesada por el río Salzach y dominada por el impresionante Festung Hohensalzburg, una fortaleza de casi 1.000 años de antigüedad levantada en lo alto de una escarpada colina en pleno centro histórico. La entrada cuesta 10,5 euros, pero también incluye el precio del funicular que te lleva hasta el castillo. Las panorámicas de Salzburgo son inmejorables.
De vuelta al casco histórico hay que perderse por sus adoquinadas callejuelas y magníficas plazas, que esconden iglesias, museos y otros tesoros, como el cementerio de la iglesia de San Pedro (Stiftskirche St. Peter) con bellas criptas excavadas en la roca. La calle Getreidegasse es la principal arteria de este conglomerado de callejuelas, siempre repleta de gente, tiendas y restaurantes. Los mercadillos navideños crean una acogedora atmósfera que ayuda a combatir el frío en esta época del año.
Al otro lado del río vale la pena pasear por la empinada Linzergasse, otra de las calles más comerciales de Salzburgo, y por la estrecha Steingasse, que conserva el pasado medieval de la ciudad. En esta orilla del Salzach se levanta otra colina, que ofrece buenas panorámicas desde sus miradores. También es un lugar destacado el Palacio de Mirabell, del siglo XVII, y sus preciosos jardines, escenario de la oscarizada película 'Sonrisas y lágrimas'.
Cuando anochece se puede aprovechar para visitar el Museum der Moderne, situado en lo alto de otra colina a la que se asciende por un ascensor. El edifico de hormigón y las vistas de la ciudad son mejor reclamo que las colecciones de su interior. El museo de Mozart y su casa natal también son de visita obligada para los amantes del genial compositor.
En Salzburgo nos alojamos en el hotel Hofwirt, bien situado y muy recomendable. La doble con desayuno y parking nos costó 70 euros, aunque en temporada alta suben los precios.
De vuelta al casco histórico hay que perderse por sus adoquinadas callejuelas y magníficas plazas, que esconden iglesias, museos y otros tesoros, como el cementerio de la iglesia de San Pedro (Stiftskirche St. Peter) con bellas criptas excavadas en la roca. La calle Getreidegasse es la principal arteria de este conglomerado de callejuelas, siempre repleta de gente, tiendas y restaurantes. Los mercadillos navideños crean una acogedora atmósfera que ayuda a combatir el frío en esta época del año.
Al otro lado del río vale la pena pasear por la empinada Linzergasse, otra de las calles más comerciales de Salzburgo, y por la estrecha Steingasse, que conserva el pasado medieval de la ciudad. En esta orilla del Salzach se levanta otra colina, que ofrece buenas panorámicas desde sus miradores. También es un lugar destacado el Palacio de Mirabell, del siglo XVII, y sus preciosos jardines, escenario de la oscarizada película 'Sonrisas y lágrimas'.
Cuando anochece se puede aprovechar para visitar el Museum der Moderne, situado en lo alto de otra colina a la que se asciende por un ascensor. El edifico de hormigón y las vistas de la ciudad son mejor reclamo que las colecciones de su interior. El museo de Mozart y su casa natal también son de visita obligada para los amantes del genial compositor.
En Salzburgo nos alojamos en el hotel Hofwirt, bien situado y muy recomendable. La doble con desayuno y parking nos costó 70 euros, aunque en temporada alta suben los precios.
Fantástica panorámica de la ciudad vieja de Salzburgo.
El castillo de Hohensalzburg domina la ciudad vieja.
Callejuela del casco antiguo.
De camino al castillo de Hohensalzburg.
Interior de la fortaleza de Honhensalzburg.
Museo de marionetas, en el castillo de Hohensalzburg.
Panorámica de Salzburgo desde el castillo.
Cementerio de la iglesia de San Pedro.
Una solitaria calle adoquinada.
El espíritu de Mozart aún vive en Salzburgo.
La calle Getreidegasse, repleta de tiendas.
Todos los rótulos de los comercios son de hierro forjado en Getreidegasse.
Detalle de uno de los rótulos.
Coches de caballos recorren el casco antiguo de la ciudad.
Cartel de una taberna tradicional.
Jardines del Palacio de Mirabell.
Las estatuas de la calle se protegen en invierno con urnas de plástico.
Vista de Salzburgo desde el río Salzach.
Mansiones junto al Salzach.
Mercado navideño en el centro de Salzburgo.
Se venden todo tipo de adornos navideños.
Detalle de los adornos de Navidad.
También hay puestos de comida en todos los mercadillos navideños.
La noche cae en una pintoresca plaza.
Para reír y llorar en Salzburgo
gracias mil.....¡¡¡ por compartir tan bellas imagenes
ResponderEliminarfrom CHILE.
Muchas gracias por compartir y dar ideas a otros viajeros. Nos anotamos y tenemos en cuenta para nuestro viaje en unas semanas.
ResponderEliminarGRACIAS!!