Trekking por la selva
Los trekkings por la selva son muy populares en Chiang Mai y hay cientos de agencias de viajes que organizan salidas para todos los gustos en función de los días, actividades, etc. que uno quiera. Nosotros reservamos un trekking de dos días y una noche con una agencia de la calle Moon Muang. Nos costó 1.100 bahts (22 euros) por persona. Además del alojamiento en una aldea y las comidas, el precio también incluyó un recorrido en elefante, rafting y rafting en balsa de bambú.
También nos prestaron unas mochilas para llevar sólo lo necesario para esos dos días y no cargar con peso innecesario. Nuestras mochilas grandes las dejamos guardadas en el hotel de Chiang Mai, al que regresamos a dormir después de los dos días por la selva.
El primer día salimos temprano desde Chiang Mai en una furgoneta en un grupo de siete personas. Hicimos una primera parada en un mercado para comprar provisiones y para que el guía comprara la comida necesaria durante la ruta. Después cambiamos la furgoneta por un 4x4 y llegamos a una aldea donde nos cargamos las mochilas a la espalda y comenzó la caminata.
Fue un recorrido de cinco horas por la selva por un paisaje espectacular. Parece que en cualquier momento te vas a encontrar con Rambo escapando de los vietnamitas. Por suerte el tiempo aguantó y no nos llovió, pero aún así, en agosto es época de monzones y el terreno está muy resbaladizo. No es un simple paseo por el monte y los culetazos fueron habituales en el grupo.
Nuestro guía birmano, muy agradable, nos fue enseñando por el camino todo tipo de bichos como gusanos de bambú, tarántulas o escarabajos del tamaño de Tailandia. El gusano de bambú se lo guardó en una mochilita y se lo comió a la brasa cuando llegamos al poblado donde dormimos.
También hicimos una parada para bañarnos en una cascada de agua fresca en medio de la selva. Todo un oasis después de varias horas caminando y empapando la ropa de sudor. El calor y la humedad son muy elevados en la selva.
Al atardecer llegamos a la aldea donde pasamos la noche. El pueblo eran cuatro casas de bambú al lado de un río, rodeado por campos de arroz y montañas. Un lugar fantástico para ver las estrellas y dormir escuchando los sonidos de la selva. También había montones de elefantes que los lugareños utilizan para transportar turistas y para las tareas del campo.
El guía nos preparó la cena, arroz y pollo, y nos tomamos unas cuantas cervezas frescas que los aldeanos guardaban en una nevera gracias a la electricidad de un generador. Todo el grupo dormimos en una cabaña de bambú muy espaciosa con mosquiteras individuales. Con el cansancio, las cervezas y el sonido del río nos dormimos en cuestión de minutos.
El día siguiente fue más relajado porque hubo unanimidad en el grupo para reducir la marcha. Empezamos cabalgando una hora en elefante y luego caminamos sólo un par de horas antes de esperar en una aldea a que nos viniera a buscar un 4x4 para llevarnos hasta el lugar del rafting. Aprovechamos el tiempo de espera para jugar con los chavales del pueblo, encantados de charlar con los turistas.
Al final llegamos en coche al río donde practicamos un divertido rafting de una media hora y luego continuamos 20 minutos más descendiendo el río en balsas de bambú. Comimos en un restaurante donde terminan los descensos por el río y regresamos a Chiang Mai.
También nos prestaron unas mochilas para llevar sólo lo necesario para esos dos días y no cargar con peso innecesario. Nuestras mochilas grandes las dejamos guardadas en el hotel de Chiang Mai, al que regresamos a dormir después de los dos días por la selva.
El primer día salimos temprano desde Chiang Mai en una furgoneta en un grupo de siete personas. Hicimos una primera parada en un mercado para comprar provisiones y para que el guía comprara la comida necesaria durante la ruta. Después cambiamos la furgoneta por un 4x4 y llegamos a una aldea donde nos cargamos las mochilas a la espalda y comenzó la caminata.
Fue un recorrido de cinco horas por la selva por un paisaje espectacular. Parece que en cualquier momento te vas a encontrar con Rambo escapando de los vietnamitas. Por suerte el tiempo aguantó y no nos llovió, pero aún así, en agosto es época de monzones y el terreno está muy resbaladizo. No es un simple paseo por el monte y los culetazos fueron habituales en el grupo.
Nuestro guía birmano, muy agradable, nos fue enseñando por el camino todo tipo de bichos como gusanos de bambú, tarántulas o escarabajos del tamaño de Tailandia. El gusano de bambú se lo guardó en una mochilita y se lo comió a la brasa cuando llegamos al poblado donde dormimos.
También hicimos una parada para bañarnos en una cascada de agua fresca en medio de la selva. Todo un oasis después de varias horas caminando y empapando la ropa de sudor. El calor y la humedad son muy elevados en la selva.
Al atardecer llegamos a la aldea donde pasamos la noche. El pueblo eran cuatro casas de bambú al lado de un río, rodeado por campos de arroz y montañas. Un lugar fantástico para ver las estrellas y dormir escuchando los sonidos de la selva. También había montones de elefantes que los lugareños utilizan para transportar turistas y para las tareas del campo.
El guía nos preparó la cena, arroz y pollo, y nos tomamos unas cuantas cervezas frescas que los aldeanos guardaban en una nevera gracias a la electricidad de un generador. Todo el grupo dormimos en una cabaña de bambú muy espaciosa con mosquiteras individuales. Con el cansancio, las cervezas y el sonido del río nos dormimos en cuestión de minutos.
El día siguiente fue más relajado porque hubo unanimidad en el grupo para reducir la marcha. Empezamos cabalgando una hora en elefante y luego caminamos sólo un par de horas antes de esperar en una aldea a que nos viniera a buscar un 4x4 para llevarnos hasta el lugar del rafting. Aprovechamos el tiempo de espera para jugar con los chavales del pueblo, encantados de charlar con los turistas.
Al final llegamos en coche al río donde practicamos un divertido rafting de una media hora y luego continuamos 20 minutos más descendiendo el río en balsas de bambú. Comimos en un restaurante donde terminan los descensos por el río y regresamos a Chiang Mai.
Colorido mercado donde paramos a comprar provisiones.
Carnicera colocando el género.
Coliflores, calabazas y demás vegetales.
Precioso paisaje verde.
Nuestro guía abriendo camino.
La espesa selva.
La cascada donde nos bañamos.
Nuestro guía deslizándose por un tobogán natural.
Panorámica durante el trekking.
Un escarabajo trepa por el brazo del guía.
Enorme caravana de hormigas.
Otra imagen de la selva tailandesa.
La aldea donde pasamos la noche.
Entrando a la aldea.
Un aldeano echando la siesta.
Trabajando en el campo con elefantes.
Perfil de un lugareño.
Elefante comiendo.
Otro lugareño con su elefante.
Pequeño elefante de tres meses, muy juguetón.
La cabaña donde dormimos en primer plano.
Interior de la cabaña.
Lavando a los elefantes.
Ensillando al elefante para empezar nuestra ruta.
Y aquí el ensillador matando el tiempo a lomos del elefante.
De ruta a lomos de los elefantes.
Los paquidermos son todoterrenos.
Campos de arroz en los alrededores de la aldea.
Caminando durante el segundo día de trekking.
Acercándonos a otra aldea.
Casas de madera en la villa.
Un abuelo aseándose.
Ropa tendida en las puertas de las casas.
Otra cabañita en el pueblo.
Jugando al fútbol con un balón casero.
Los bueyes también son un buen medio de transporte.
Niños montando en bicicleta.
Otra niña con su bici.
Una pareja comiendo arroz en sus cuencos.
Otro chaval enseñándonos la rama que había arrancado.
Jugando a saltar la comba.
Hola!!Me llamo Eloisa, soy de Murcia, y próximamente voy de viaje a Thailandia con mi pareja. Gracias a tu blog estoy confeccionando mi propia ruta y me está salvando la vida! Me gustaría preguntarte si recuerdas con qué agencia contrataste el trekking y en qué parque natural lo hicisteis porque hay varias opciones por la zona...Muchas gracias. Un beso!
ResponderEliminarHola Eloisa. Lo siento, pero no recuerdo el nombre de la agencia. Lo contratamos en Chiang Mai y está lleno de pequeñas agencias, que son casi todas parecidas. Saludos!
ResponderEliminarBuenas! Me parece una excursión fantastica que sin duda haré este verano cuando vaya a Chiang Mai. Pero una cosa la tengo clara: sin elefantes. Debes saber que esos elefantes que salen en las fotografías son domesticos gracias a que los torturaron en su niñez y por eso ahora son tan dociles. Llevan cadenas en las patas y los veo muy decaidos,. No estoy criticamdo nada de lo que hicisteis, sólo queria que lo supieras!
ResponderEliminarUn saludo!
Hola, gracias por tu blog es de gran ayuda para los principiantes en viajar por libre y sobre todo para poder hacer ruta de Tailandia. Viajamos dos parejas a thaialndka y queremos saber si merece la pena la excursión por la selva? Si se pierde mucho tiempo desde chiang mái a la aldea y si es necesario contratar hotel en chiang mái mientras pasamos la noche en la aldea ? Gracias
ResponderEliminarHola María. Muchas gracias. A nosotros la excursión por la selva nos gustó y dormir allí también. Sí te recomendaría hacer noche. Y en chiang Mai también te recomendaría hacer noche, sobre todo después de la excursión por la selva para descansar mejor y ducharos. Saludos!
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