San Pedro de Atacama

Nuestro siguiente destino fue San Pedro de Atacama y para llegar volamos desde Santiago a Calama con Skyairlines, teóricamente una aerolínea de bajo coste chilena que nos clavó 200 euros por barba. El vuelo hizo escala en Antofagasta.

Desde el pequeño aeropuerto de Calama, que está en medio del desierto, salen colectivos (monovolúmenes) que te llevan a San Pedro en algo más de una hora por 10 euros.

San Pedro de Atacama es un pequeño y polvoriento pueblo perdido en medio del desierto que le da nombre y que se ha convertido en el principal destino turístico de Chile. Esta villa, de menos de 2.000 habitantes, ha logrado conservar su encanto a pesar de la difícil tarea que supone engullir los cientos de turistas que llegan a diario.

El pueblo está formado por calles sin asfaltar y casas de adobe, la mayoría de las cuales son hoteles, bares, comercios o restaurantes. El turismo es hoy día la única razón de ser de este pueblecito que antiguamente se dedicó a la agricultura y la ganadería. Todavía se conservan cultivos y ganado, pero son actividades en declive.

La plaza del ayuntamiento, con su iglesia blanca, y la abarrotada calle Caracoles son el corazón de San Pedro, que se recorre fácilmente en un par de horas. Sin embargo, sus principales atractivos están desperdigados por los alrededores, en el desierto de Atacama, y son interminables.

Hay montones de agencias de turismo que ofrecen excursiones y muchas actividades para hacer como bicicleta, montar a caballo, sandbording, etc. Por las noches sigue la animación en su bares. San Pedro es un lugar ideal para pasar unas vacaciones de no ser por sus abusivos precios.

Durante nuestra estancia hicimos varias excursiones. La más solicitada es la del Valle de la Luna y merece la pena hacerla por la tarde para ver la puesta de sol desde lo alto de una duna. El paisaje es sencillamente impresionante. También hicimos excursiones al Salar de Atacama, los Ojos del Salar, el Valle de la Muerte y la Laguna Cejas, donde te puedes bañar y flotar como en el Mar Muerto por su elevada salinidad. Por nuestra cuenta alquilamos bicicletas y pedaleamos por el desierto de Atacama hasta las ruinas preincas de Pukara de Quitor y la aldea de Tulor.

Un consejo a la hora de elegir hotel es que tenga un depósito de agua privado. San Pedro está en un desierto y los cortes de agua son habituales, así que es necesario que el hotel tenga depósito propio para evitar quedarse sin agua. Nosotros estuvimos tres noches y cada una la pasamos en un hotel diferente.

Primero intentamos reservar por teléfono desde Santiago, pero todos los hoteles estaban llenos y acabamos en el Inti-Killa. Está muy bien, pero un poco alejado del centro y excesivamente caro (36.000 pesos, que son casi 50 euros por la doble).

A la mañana siguiente nos cambiamos al Puriko, muy céntrico, por 25.000 pesos (33 euros). Aquí fue donde aprendimos lo del depósito de agua porque nos quedamos sin suministro a pesar de las promesas de la casera de que no volvería a ocurrir. Al día siguiente seguimos sin agua y nos cambiamos al Dunas donde por fin dimos en el clavo.

Sigue siendo caro (30.000 pesos = 40 euros), pero estaba más céntrico que el Inti-Killa y con un magnífico chorro de agua caliente las 24 horas, todo un lujo en San Pedro.

También es importante llegar a San Pedro con suficiente dinero en efectivo porque no hay bancos y sólo hay un cajero que acepte tarjeta Visa. Además, este cajero se recarga una sola vez al día y suele quedarse sin fondos en dos o tres de horas. ¡Las tarjetas de los turistas echan humo en San Pedro!

Aterrizando en el aeropuerto El Loa de Calama, en medio del desierto de Atacama.



Cartel de bienvenida a San Pedro.



San Pedro de Atacama.



Calle Caracoles, el corazón de San Pedro.



A caballo por San Pedro.



Un pastor a caballo con su rebaño de ovejas.



Otra callejuela de San Pedro.



La blanca iglesia del pueblo.



No sabemos si lo habrán encontrado...



Excursión al Valle de la Luna.



Valle de la Luna.



El fuerte viento levanta la arena del desierto.



Carretera sin asfaltar.



De vez en cuando pasa algún coche.



Fantásticas formaciones rocosas en el desierto de Atacama.



Ni un alma.



Valle de la Luna, el paisaje es espectacular.



Silueta del volcán Licancabur (5.920 m), visible desde todos los alrededores de San Pedro.



Anocheciendo en el Valle de la Luna.



Escalando una duna.



En la cima de la duna.



Otra vista del Licancabur, en la frontera entre Chile y Bolivia.



De excursión en bici por el desierto.



Hay que descalzarse para cruzar algún río.



Tierra seca y cuarteada en el Valle de la Muerte.



Laguna Cejas. Su salinidad te permite flotar.



Desierto de Atacama.



Salar de Atacama.



Los colores del atardecer en el Salar de Atacama.